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PRIMER EQUIPO

La S.D. Huesca firma un gran arranque en Anduva que le catapulta a la victoria (1-3)

Un tanto en el minuto 4 y otro en el 27 noquearon a un C.D. Mirandés que intentó reaccionar al filo del descanso.

Imposible reacción. El C.D. Mirandés acusó un mal arranque en el que se encontró con dos goles en contra en menos de media hora y, a pesar de que Urko Vera reduciría diferencias al filo del descanso, la expulsión posterior de Eguaras y el tercer tanto del Huesca pusieron la sentencia en Anduva.

El encuentro arrancó de la peor manera posible para los rojillos. Apenas cuatro minutos después de haber hecho sonar el colegiado su silbato, Vinicius iba a aprovechar el error defensivo para regatear a Roberto y poner el primer tanto. Los locales se repusieron y, como si el encuentro acabase de empezar, lograron borrar de su mente ese gol en contra para hacerse dueños del balón y empezar a generar sus ocasiones. Las más incisivas por banda derecha con dos buenos centros de Guarrotxena que acabaron con la pelota en córner. Controlaban el cuero los de Álvarez de los Mozos pero sufrían en las acometidas rivales. Y en el minuto 27, llegó el mazazo. No en una jugada a la contra, sino desde la esquina en un cabezazo de Carlos David que ponía el 0-2 en el electrónico. A partir de ahí el C.D. Mirandés empezó a sufrir para cruzar línea de tres cuartos. Le costaba conectar los pases y de nuevo le hacían daño en las jugadas ofensivas de los oscenses. Pero, logró aguantar el marcador y, casi cuando iba a indicar el árbitro el camino a vestuarios, Urko Vera daba la réplica también desde el córner con un cabezazo a la red que revivía de nuevo el partido.

La segunda parte arrancó con susto en la portería de Roberto. Por partida doble. El guardameta firmó dos grandes intervenciones, primer en un mano a mano y después volando a la escuadra, para mantener vivos a los suyos. Pero esa esperanza no se pudo prolongar más de diez minutos, porque en el 56, de nuevo Vinicius, iba a firmar el tercero aprovechando un balón rebotado en el área pequeña que solo tuvo que empujar a placer. A partir de ahí de nuevo más difícil y aunque los rojillos no querían dejar de intentarlo, el partido terminó definitivamente con la expulsión por doble amarilla de Eguaras en el 65. No se movió más el marcador.