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ACTUALIDAD

C.D. Mirandés 0 - 1 R. Zaragoza

Derrota por la mínima del equipo rojillo.

El Club Deportivo Mirandés no pudo obtener rédito alguno en la visita del Real Zaragoza a Anduva, y cayó por un solitario cero a uno, merced al tanto de Roger en el ecuador de la segunda mitad. Partido muy igualado y de mucho ritmo, ningún equipo logró hacerse con la iniciativa general o el liderato en las mejores ocasiones, y en el cómputo global, los dos equipos guardaron actuaciones parejas hasta la conclusión. El Mirandés se hizo con el timón en la recta final, aunque no iba a ser suficiente, y los tres puntos escaparon del feudo rojillo. Como colofón, una polémica decisión del colegiado, privó a los locales de un penalti claro en las postrimerías del encuentro.

El partido mantuvo la igualdad entre contendientes durante todo su desarrollo. El inicio, siguiendo este patrón, mostraba dos conjuntos ambiciosos, de juego ofensivo ágil, y metidos de lleno en una dinámica de juego muy intensa, de ida y vuelta continua, y evidente derroche físico. Los primeros minutos transcurrieron entre posesiones cortas y construcciones rápidas con llegadas de peligro en las dos áreas. El Real Zaragoza mostraba primero sus cartas, Paglialunga avisaba con un disparo desde la frontal que se estrellaba en el larguero local, mientras que Montañés, a renglón seguido, probaba fortuna encontrándose con Jiménez en la misma línea de gol. Los de Herrera apretaban, y el Mirandés se mostraba sereno, en un gran ejercicio de orden posicional, intenso en la recuperación por carriles internos, y robo efectivo para una salida rápida por ambas bandas. En materia ofensiva los locales recogían el guante, y primero Igor, con un centro envenenado que salvaría Álvaro in extremis, y después Pablo, con un reverso sobre el eje de la zaga, y un zurdazo que desviaría Leo Franco en espectacular estirada, avisaban del peligro atesorado por el cuadro de Anduva.

 

El Real Zaragoza pasó entonces a buscar sus referencias de control interior, el enlace con Luis García en la medular, y con Barkero, detrás de referencia orientado a la izquierda, constituían el plan de crecimiento con balón de los maños. El asturiano, muy activo en conducción durante la primera mitad, surtió de balones filtrados al espacio defensivo a Roger y Montañés con continuidad, aprovechando así la velocidad de los arietes, y obligando a la zaga rojilla a emplearse al máximo para abortar opciones. Con el paso de los minutos, el Mirandés cargaba la fuerza de su ataque en las entradas laterales, y con Nagore e Iriome ejerciendo de referencias de equilibrio, consiguió robar balones de peligro que salían con velocidad a través de Igor y Pablo, bien apoyados por ambos laterales, en posición alta en el día de hoy, y con mucho protagonismo en el desdoblamiento y la sorpresa. Pocos toques en construcción y dinámica mantenida de centro-remate para recluir al rial en campo propio y obligarle a salida larga tras segunda jugada.

La presión local obligaba a la toma de posiciones en el contrario, quedando únicamente Luis García como hombre liberado para buscar la espalda a balón largo tras recuperación. Una gran jugada del diez maño, mezcla de calidad en conducción, velocidad y picardía, habilitaba a Montañés que, en su llegada, iba a conectar un potente centro raso al que Caneda llegaba como salvador. Con una igualdad evidente en el desarrollo del juego concluís la primera mitad de un duelo de poder a poder, en el que la conquista táctica pasó a ser prioridad absoluta.

 

La reanudación tuvo al CD Mirandés como competidor más activo en su arranque. Los de Terrazas continuaron con su presión asfixiante y mucho juego en campo rival, subiendo un punto su presencia en posiciones de remate. Tras un tímido acercamiento por parte de Asier Goiria, Pablo, desde larga distancia, probaba suerte con un gran disparo que de nuevo obligaba a Leo Franco a una magnífica intervención. La movilidad del atacante burgalés llevó a la zaga visitante a un endurecimiento del juego y del marcaje, cometiendo continuas faltas sobre el avance del catorce rojillo en sus intentos de ruptura en conducción. Herrera, vista la necesidad de un revulsivo, daba entrada a Víctor, y con él, una marcha más en el juego maño.

Pese a los intentos del cuadro local por mantener el dominio en el ritmo de juego, y a pesar de la capacidad ofensiva en pocas transiciones que tanto peligro estaba generando hasta el momento, la balanza iba pronto a decantarse del lado visitante. El recién ingresado Víctor iba a rozar el tanto en un lanzamiento de falta directo desde la frontal que se marchaba por poco lamiendo el palo derecho de Jiménez. Tras esto, sería de nuevo el menudo jugador quien, sacando con precisión una falta lateral botada desde la prolongación del área grande, iba a encontrar la entrada con potencia de Roger, para que el punta transformara con éxito el envío en el primero de la tarde. El segundo periodo se encontraba en su ecuador, y el Real Zaragoza lograba imponer su precisión tras unos minutos de ventaja general rojilla.

 

Carlos Terrazas movía banquillo y realizaba cambio de piezas en ataque, con la entrada de De Cerio por Goiria, y de músculo en la medular, dando entrada a Iván Agustín en el puesto de un Iriome vaciado por el esfuerzo. Antxon Muneta quedaba como enlace, y el mediocampo se veía reforzado con una barrera que impedía el contacto preciso del área de creación visitante con sus hombres más adelantados, además de aumentar la capacidad de seguimiento y de trabajo en el corte de la salida de balón rival. El Mirandés adelantaba líneas para buscar un empate que hiciera justicia a la labor realizada sobre el césped, y con la línea de zagueros sobre la divisoria, ambos extremos, con la referencia de De Cerio en punta, buscaban asfixiar la construcción de un Zaragoza aliviado tras conseguir la ventaja.

A falta de diez minutos para la conclusión, el preparador local daba entrada a Muñiz en sustitución de Nagore, y aumentaba al máximo la capacidad creativa de un equipo que, ahora con el control del balón de manera destacada, imponía ritmo sobe su rival. Los últimos minutos del choque pertenecieron al Mirandés, las llegadas se sucedían, y el balón duraba poco tiempo en dominios de un rival que atrincheró posiciones para evitar la entrada. Mucha posesión para los rojillos, aunque sin fortuna en el último pase, donde la resistencia zaragozana hizo méritos como baluarte. Los locales querían su gol, y era Iván Agustín el que probaba desde lejos, aunque su remate se escapaba a la diestra de Leo Franco.

Control sobre las ocasiones, y a continuación, una decisión para el recuerdo. Con el partido a punto de concluir, un balón elevado de Iván Malón sobre la carrera de Igor Martínez, iba a morir en recorte del delantero a la salida de su par, con consiguiente interrupción con la mano de éste en el corazón del área. Protestas ostensibles de campo y equipo, que no acertaban a comprender cómo la infracción iba a quedar impune. Sin suerte en la actuación arbitral, el Mirandés continuó intentándolo, y al filo del límite, De Cerio conectaba un cabezazo que Leo Franco salvaba sobre la línea. No dio tiempo para más, un solo gol separó al CD Mirandés de obtener un más que justo resultado, y acabó con las esperanzas de puntuar en un duelo en el que los hombres de Terrazas merecieron mucho mayor botín.