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ACTUALIDAD

CD Mirandés 1 - 1 AD Alcorcón

Pablo Infante volvió a ser decisivo.

El Club Deportivo Mirandés lograba un valioso punto frente a la AD Alcorcón en el último partido del año, y lo hacía con un épico final en el que lograba rescatar la igualdad gracias a la eficacia goleadora de Pablo Infante. Primera parte para los rojillos, y un segundo acto repartido en posesión y ocasiones que parecía concluir con el tanto de Plano a dos minutos para el final. Sobre la bocina, era el extremo burgalés quien reestablecía las tablas en un apasionante choque entre dos equipos que lo dejaron todo sobre el césped de Anduva. 

El balón echaba a rodar con dos equipos bien situados sobre el césped en sendos planteamientos de alto rigor táctico y fortaleza en la construcción del juego. El primer partido de Carlos Terrazas en el banquillo del CD Mirandés trajo consigo un once equilibrado, de importantes dosis de apoyo en labores defensivas, pero a la vez, rápido e incisivo en salida de balón y llegada a posiciones de remate. Los rojillos arrancaron el duelo exhibiendo mucha intensidad en cada acción, procurando un fútbol ágil de constantes acometidas y avance sobre campo rival. La imposición no era tarea fácil, la AD Alcorcón saltaba con un rostro también enérgico, algo más conservador que el local, pero con mucha capacidad en cada acercamiento, merced a la velocidad de sus hombres más adelantados en la pelea del balón largo. 

El CD Mirandés se mostraba superior en los capítulos de posesión y frecuencia y calidad de llegadas; los de Terrazas arropaban a la punta de ataque con una línea de cuatro efectivos a los que se sumaban en salida ambos laterales para generar situaciones de superioridad. Acercamientos peligrosos que iban a tener pasado el primer cuarto de hora su ejemplo más claro en el disparo de Iñigo Díaz de Cerio que, aún potente y colocado, no pudo batir a un Giménez espléndido en la estirada para detener el esférico. El cuadro local gozaba del control de los ritmos de partido y cercaba a su rival sobre propio campo con continuos desbordes por ambas bandas, donde Iriome y Docal buscaban el uno contra uno en ventaja sobre unos laterales amarillos muy exigidos en todo este periodo. 

La AD Alcorcón buscaba su oportunidad procurando la optimización de sus líneas defensivas, intentando el robo en línea de creación, para a continuación salir en velocidad a la espalda contraria con Javito y Pacheco, muy activos en el día de hoy, y los hombres más brillantes en la creación de situaciones de peligro. Sin embargo, los robos de balón no acababan de traducirse en puntos de efectividad para los madrileños, ya que la situación de asfixia posicional a la que le obligó el rival en esta parte convertía cualquier recuperación en una quimera de gran distancia hasta el marco contrario. En la batalla por la medular, el equipo rojillo conseguía imponer su mayor despliegue, con Iván Agustín en labores de apoyo a la salida, y Nagore en contención y cierre de espacios entre centrales. Por parte rival, sólo Mora parecía asumir el protagonismo de la conducción por el carril del diez, y se configuraba como el mejor socio para los velocistas que se hallaban a partir de la línea de tres cuartos. 

Los locales seguían explotando su planteamiento, y apuraban el primer periodo en rápidas combinaciones, de pocos toques, buscando la referencia de De Cerio y Martínez en punta de ataque. Gran labor de sujeción táctica, aportación en el juego de espaldas, y caída continua a banda por parte de los dos arietes que, si bien pelearon cada balón con energía, obligando a Babin y Verdes a mantenerse en la frontal de su área, no gozaron de la fortuna suficiente como para materializar los acercamientos. Igor Martínez probaba fortuna con un gran disparo, de mucha intención y potencia a la base del poste izquierdo que, de nuevo, se encontraba con los guantes de un soberbio Giménez que volvía a salvar a su equipo. 

La primera mitad concluía con dos intentos visitantes, ambos en botas de Pacheco, primero en una arrancada de velocidad y genio en el desborde que permitió al 11 servir un centro franco de gol bien interceptado por Caneda, y después, en un libre directo que por poco salía desviado por encima del marco rojillo, sin desnivelar la balanza inicial con ello. 

La vuelta de vestuarios presentaba un escenario diferente al dejado en el primer acto: la igualdad en cuento al peso sobre el juego se hacía patente, y el rival recuperaba poco a poco parte de su territorio perdido. Líneas más adelantadas para un mejor aprovechamiento de la recuperación, y acumulación de efectivos en últimos metros para superar a la ordenada zaga rojilla. Era Pachecho quien, aprovechando un envío erróneo desde zona de pivotes, se hacía con el balón en la frontal del área, cedía a Mora, y éste a su vez a un Jesús poco activo al que Flaño conseguía arrebatar la cartera en el último segundo. Gran acción de repliegue local, y aviso contundente de las intenciones de un Alcorcón más agresivo en el plano ofensivo. 

Como contestación a este crecimiento, el Mirandés continuó exprimiendo sus llegadas laterales, siendo un balón cruzado de Ríos a la llegada de Martínez en remate de primer toque, la ocasión más clara para acercar el tanto a la portería de un Giménez que se mostraba sobrio en cada intervención realizada. 

El desarrollo del partido continuaba equilibrado, hasta que traspasada la barrera del cuarto de hora, Corral se veía obligado a realizar una contundente entrada por detrás a Javito cuando el 7 alfarero encaraba portería tras una pérdida de balón rival. Trujillo Suárez no se lo pensaba dos veces y expulsaba al central con roja directa ante el estupor de una grada en desacuerdo con la decisión del colegiado tinerfeño. Con un jugador menos, los pupilos de Terrazas encontraron entonces la necesidad de frenar las continuas acometidas de la AD Alcorcón , reforzado por la superioridad numérica y el mejor momento de sus hombres determinantes. Dos llegadas claras por banda derecha obligaron a Caneda e Iriome, a ejercer de cortafuegos con dos intervenciones de mérito para evitar el remate de gol en posición de ventaja para los puntas amarillos. La expulsión marcó un punto de ventaja para los visitantes, que modificaron su planteamiento situando a Iribas como interior, y a Pacheco próximo a la punta de lanza, con la intención de implementar las llegadas en zona crítica. 

Carlos Terrazas afrontaba la situación añadiendo más carbón a la sala de máquinas en ataque de su equipo, y daba entrada a Pablo Infante para reforzar las situaciones de velocidad y desequilibrio en últimos metros. Quince minutos aproximadamente para que el burgalés reverdeciera laureles en casa, y todas las señales de alarma encendidas en la retaguardia madrileña ante su ingreso. Pese a que enfrente, Álvarez daba entrada a Óscar Plano y aumentaba el poder goleador del conjunto, la situación del partido obligaba a la AD Alcorcón a mantener el control sobre los movimientos del 14 rojillo, muy eléctrico como de costumbre, imprimiendo mucha velocidad a cada acción de encaro y conducción vertical. 

El peso parecía volver a repartirse, aunque el cuadro visitante seguía gozando de grandes ocasiones como el disparo de Iribas ,que por centímetros no se colaba en la meta de Dani Jiménez, lamiendo el margen izquierdo del poste del meta lebrijano. Con Juli ejerciendo de desestabilizador por banda izquierda, Terrazas daba entrada a Koikili para intensificar labores de cierre y presión sobre los desdoblamientos y desmarques de ruptura. 

Últimos minutos de tensión que, pese a todos los esfuerzos realizados por el Mirandés , parecían premiar definitivamente a los alfareros cuando, a dos minutos para la conclusión, un balón raso de Sales al corazón del área rojilla acababa en pies de Planos quien, sólo ante el meta, fusilaba para hacer el primero de la tarde. Golpe durísimo para un equipo local que, bien arropado en todo momento por su afición, se lanzaba con todo a por el empate en un tiempo de descuento que a punto estaba de concluir. 

Una falta cometida sobre la frontal del área amarilla, iba a suponer el último reducto de esperanza para el CD Mirandés antes del pitido final. Pablo Infante al lanzamiento, e impecable ejecución del 14 sobre la muralla rival, y golazo ante el que Giménez ,en esta ocasión, no puede hacer nada. Tanto de bellísima factura y que servía como colofón a un partido exigente y trabajado, y que reestableció de manera justa una igualdad tangible y permanente a lo largo de los noventa minutos. Un paso más, y un punto de oro antes de iniciar el merecido descanso navideño.