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PRIMER EQUIPO

Derrota dolorosa en casa (0-3)

Un penalti dudoso abrió un marcador que, a la postre, resultó abultado con dos goles en escasos cinco minutos.

No pudo llegar la que hubiese sido la tercera victoria consecutiva en casa. Los de Claudio Barragán partían con ilusión y esperanzas para el derbi regional frente al C.D. Numancia, un equipo a solo dos puntos de los rojillos y a esa distancia de los puestoa de descenso que marcaba el C.D. Mirandés.

El encuentro comenzó bastante mejor para los intereses locales. Un equipo agerrido atrás controlaba la posesión del esférico y buscaba una verticalidad que, eso sí, costaba más que llegase ante una defensa numantina siempre bien armada a las órdenes de Jagoba Arrasate. El equipo probaba entonces con golpeos lejanos sin demasiado peligro para la meta visitante. Pero, en cualquier caso, el choque estaba controlado. Y es que no fue hasta pasado el minuto 20 cuando el C.D. Numancia encontró su primer disparo entre los tres palos; blandito a las manos de Roberto. Sin embargo, un penalti más bien dudoso, en el minuto 36 –eso sí tras una clara ocasión de gol salvada por Kijera- iba a terminar con la inauguración del casillero visitante a favor de un especialista del balón parado como Julio Álvarez, que no falló en la pena máxima. Así se llegaría al descanso.

El mister buscó la reacción dando entrada a Fofo, en la media punta, y a Eguaras acompañando a Usero. De nuevo el arranque fue mejor para los de Claudio Barragán que, si difícil lo habían tenido con el empate a cero, más cerrada se encontrarían ahora la muralla numantina que, sin prisa por la situación del marcador, esperaba la suya cerradito atrás. Con las mismas que en la primera mitad, probó ahora Eguaras desde la frontal. Desviado. También Fofo hacía daño con un pase interior sobre Bustos que serviría para Pedro que no acertaría a su vez por deshacerse de su par para encontrar un remate cómodo ya dentro del área. Y Guarrotxena, que por la derecha percutía para mandar su disparo demasiado alto. Los intentos sin éxito minaban la moral de unos rojillos a los que cada vez les quedaban menos minutos. Pero seguían intentándolo sin bajar los brazos, hasta que el segundo tanto, tras la mala fortuna de Álex Ortiz que se lo metía en propia, terminó por echar al traste las aspiraciones mirandesistas en el 78. La sentencia de Escassi, ya en el 81 y con el partido decantado, acabaría por abultar el marcador mucho más de lo visto realmente sobre el césped.

Aforo: 2.795 espectadores