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PRIMER EQUIPO

Injusta derrota en Anduva frente al Real Zaragoza (0-1)

El C.D. Mirandés fue superior a su rival, pero la falta de puntería le penalizó frente al acierto maño.

Partido frenético de inicio, como suele ser habitual en la parroquia rojilla. Un equipo entregado a su afición -4.081 personas presentes hoy- en busca de ganar o ganar. Así salían los de Pablo Alfaro al tapete pasado un minuto de la hora fijada para el choque.

Y con este escenario, poco tardaban en incomodar al rival. A los cuatro de partido, Urko Vera ya estaba “dando guerra” a la defensa con una semichilena que atrapaba un atento Ratón bajo palos. Era la primera del partido, que llegaba tras una acción a balón parado. El C.D. Mirandés no iba a pisar el freno y solo tres minutos después, de nuevo Urko Vera estuvo a puntito de llegar a un centro raso medido de su compañero Guarrotxena. Cambió de cromos; ahora Guarrotxena, desde la derecha, disparaba en el minuto 12 rasito pegadito al poste derecho del meta maño. Era un auténtico asedio rojillo sobre el campo rival y, cuando el guion del partido más favorecía a los de Pablo Alfaro -que jugaban según lo planeado- jarro de agua fría. Primera ocasión para el Zaragoza y Ángel para dentro. Gol en el minuto 14.

El gol, inesperado para los locales, dejó muy tocados a los rojillos que veían cómo el rival se les adelantaba en la primera aproximación que tenían después de las múltiples ocasiones suyas. La media hora restante de primera mitad fue de juego pausado, mucha lucha de medio campo y pocas aproximaciones a ambas áreas. Así se marcharon los protagonistas al túnel de vestuarios.

Pilas cargadas y mentes reforzadas. La charla en el vestuario debió ser muy productiva a juicio de lo visto instantes después con el balón ya en movimiento. Si el arranque de primera mitad fue un asedio, en este solo existió un equipo sobre el campo. Sin cumplirse un minuto de reanudación, el de siempre, la punta de lanza, Urko Vera, iba a tener un gol cantado en su cabeza. Centro al segundo palo y solo, inexplicablemente, el delantero fallaba lo que nunca falla. Primer aviso. Cinco minuto más tarde, Guarrotxena arrancaba desde la izquierda y sacaba un córner que encontraba en lo más alto del área la cabeza de Fran Cruz. Desviado también. Cinco minutos más, nuevo turno para Urko Vera. Esta vez de volea: alto. Después Kijera, Provencio y de nuevo Guarrotxena. Parecía increíble que la pelota no entrase en la portería visitante, unas veces por puntería y otras por un soberbio Ratón que siempre supo interpretar las jugadas para estar donde requería.

Al Zaragoza le valía el gol, pero jugaba con fuego. Tanto como para haberse quemado. En el minuto 64, después de cinco de tregua por parte de los de Pablo Alfaro, Guarrotxena estuvo a punto de pinchar un pase medido de Eguaras que le dejaba en el mano a mano con el meta. Pero tampoco esta vez iba a acertar a cazar el cuero el 7 rojillo. Ocasiones al limbo que minaron la moral de un C.D. Mirandés entregado en busca del empate. Cumplido el 75 de juego el cansancio después de ir a remolque todo el partido e intentarlo de todas las maneras posibles era evidente. Sin embargo, aún hubo tiempo para una más, por enésima vez en la cabeza de Urko Vera, que remachaba la colgada en el segundo palo. Sin premio.

El Zaragoza pudo matar el partido en una contra en el 87, pero Kijera llegó para despejar. Fue la única aparición visitante en el segunda mitad, sin ni siquiera disparo entre los tres palos. Mucho castigo para lo visto sobre el césped y demasiado premio para los visitantes ofreciendo tan poco. Injusto resultado en Anduva.