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DESCENSO A SEGUNDA B

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DESCENSO A SEGUNDA B

La quinta temporada del C.D. Mirandés en Segunda División arrancaba con mucha expectación en Miranda de Ebro por ver lo que el equipo era capaz de ofrecer tras unos años de estabilidad dentro del fútbol profesional. Anduva estrenaba videomarcador y un grupo electrógeno de emergencia para las producciones de televisión del fútbol profesional.

Aunque el equipo había perdido alguna pieza importante de la campaña anterior, lo cierto es que los refuerzos que llegaban desde la dirección deportiva habían dado razones para renovar la ilusión entre la afición rojilla.

Aurtenetxe, Fran Cruz, Pau Cendrós, Javi Hervás, Maikel Mesa, Iker Guarrotxena, Alaín Oyarzun, Fofo, o el regreso de Pedro Martín, fueron algunos de los nombres que se sumaban a la plantilla que dirigía Carlos Terrazas en su cuarta temporada como técnico.

La pretemporada supuso el primer duro golpe de la temporada con la lesión de Alaín Oyarzun en el amistoso que el equipo disputaba en Anduva ante la S.D. Eibar. El futbolista vasco, que llegaba para ser una de las piezas clave del equipo, se rompía el ligamento cruzado de su rodilla y decía prácticamente adiós a la temporada sin haber empezado la competición.

En octubre llegaba una mejora importante en el día a día del primer equipo y de Anduva. El día 7 de octubre se inauguraba el nuevo campo de entrenamiento, un nuevo terreno de juego pagado íntegramente por el Club, que se sumaba a todas las obras acometidas por este Consejo de Administración presidido por Alfredo de Miguel Crespo.

El varapalo no afectó sin embargo al inicio liguero, en el que los rojillos se mantuvieron invictos durante las primeras nueve jornadas. Después llegarían cinco derrotas seguidas y el equipo entraba en zona de descenso. Situación de la que sólo saldría puntualmente en la jornada 17 para caer de nuevo hasta la conclusión de la temporada.

Los malos resultados y dinámica que acompañaba al bloque conllevó a la destitución de Carlos Terrazas en Navidad, y la de otros dos técnicos más que le sucedieron, Claudio Barragán y Javier Álvarez. Finalmente Pablo Alfaro dirigió al equipo en las últimas jornadas con la complicada misión de salvar al equipo del descenso.

En una situación verdaderamente difícil, obligados a ganar los partidos que restaban para poder lograr el objetivo, el C.D. Mirandés caía en la antepenúltima jornada en Almería y descendía matemáticamente a Segunda División B, cinco años después.