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EL CRECIMIENTO DEL C.D. MIRANDÉS SIGUE EN AUGE

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EL CRECIMIENTO DEL C.D. MIRANDÉS SIGUE EN AUGE

La octava temporada histórica del Club Deportivo Mirandés en Segunda División inició, como venía ocurriendo en temporadas atrás, con numerosas novedades en la plantilla y un nuevo entrenador: el extremeño Lolo Escobar.

El equipo se construía con un surtido grupo de jóvenes futbolistas que llegaban cedidos de los principales equipos del país, y también de otros grandes clubes del fútbol europeo. Sergio Camello y Rodrigo Riquelme del Atlético de Madrid, Haissem Hassan del Villarreal C.F., Sergio Carreira del Real Club Celta de Vigo, Imanol García de Albéniz e Íñigo Vicente del Athletic Club, Capellini y Marqués de la Juventus Football Club de Italia, o Anderson Arroyo, cedido por el Liverpool Football Club inglés.

El modelo rojillo era cada vez más cotizado en vista del buen rendimiento del C.D. Mirandés en sus últimas campañas. Y la apuesta por el talento rápidamente mostraba sobre el césped el alto potencial que volvía a tener el cuadro jabato en la competición.

Antes de arrancar, el Club llevó a cabo una importante e histórica mejora en el Estadio: la instalación de un nuevo césped por primera vez en la historia. Una mejor de casi medio millón de euros en beneficio del juego del equipo, para un mayor espectáculo en Anduva con un césped que se convirtió en uno de los mejores, no solo de la categoría, sino de todo el fútbol español. Todo esto conllevó consigo el cambio del muro de la Tribuna Principal y las publicidades.

Pero no fue el único gran cambio de Anduva. La instalación de cuatro nuevas torres de luz con focos de última generación para una iluminación exigida por LaLiga supuso el desembolso de más de un millón de euros. De nuevo, una nueva demostración de la capacidad económica y viabilidad de un Club, el CD Mirandés, que pudo acometer todas las obras con sus propios recursos gracias a su siempre impecable gestión económica.

Tras empatar en la primera jornada en Málaga, los de Lolo Escobar lograría su primer triunfo en el estreno en Anduva ante la S.D. Amorebieta. Después llegaría la derrota en El Molinón, y la posterior victoria en casa ante la U.D. Las Palmas en uno de los mejores partidos del curso.

El C.D. Mirandés conseguía sumar un buen botín de puntos en ese primer tramo de la temporada, aunque ya en el ecuador de la primera vuelta los rojillos no lograban mantener el ritmo y las victorias se atascaban. Pese a ello, el equipo cerraba esa primera mitad de la temporada fuera del descenso, con 23 puntos.

Seis jornadas después, ya en la jornada 27, y tras dos duras derrotas ante S.D. Huesca y Real Sporting de Gijón, el C.D. Mirandés cambiaba el rumbo con Joseba Etxeberría al mando del banquillo en el lugar de Lolo Escobar. Aunque el equipo se mantenía fuera del descenso con cuatro puntos de distancia, la inercia empezaba a dejar síntomas de preocupación.

La llegada de Joseba Etxeberría se produjo con la visita al campo del líder, la U.D. Almería. Los rojillos caerían en los Juegos del Mediterráneo por 2 a 1 dando una buena imagen. Anduva debía ser un fortín. Y lo sería ante C.D. Tenerife y F.C. Cartagena. Consiguiendo seis valiosos puntos para coger aire en la tabla. Además, el equipo se reencontraría con el primer triunfo a domicilio en un partido fundamental ante la Real Sociedad B en el Reale Arena. Los rojillos se sobrepusieron al primer gol y cerraron con victoria la visita (1-3).

El triunfo en San Sebastián dejaba a los rojillos a nueve puntos de la zona de descenso. Una buena distancia que permitía afrontar las siguientes citas con mayor tranquilidad. De hecho, el desasosiego se transformó en confianza. Y en la jornada 35 el C.D. Mirandés hacía buena muestra de ello en Anduva remontando otro partido, en el derbi de Burgos, para imponerse al Burgos C.F. por 3 goles a 1.

La temporada se cerraría sin apuros, sumando finalmente 52 puntos en la clasificación y certificando una temporada más en LaLiga Smartbank.

Por su parte el equipo filial, el C.D. Mirandés B, cumplía también con el objetivo y disputaba un nuevo playoff de ascenso a Segunda RFEF. Los rojillos disputaban la fase autonómica en Almazán, logrando superar la primera eliminatoria ante el Real Ávila y sucumbiendo en la final autonómica ante el Atlético Tordesillas.