C.D. Numancia B 2-1 C.D. Mirandés B
Los rojillos no pudieron puntuar para alejar los puestos de descenso a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato.
No pudo ser. Había esperanzas para el filial rojillo en este partido aplazado de la trigésimo jornada del Grupo VIII de Tercera División, pero finalmente la derrota dejó a los rojillos sin punto alguno. Con la clasificación igualada ya en cuanto a partidos jugados se refiere de los veinte equipos que la componen, quedan tres finales para eludir el descenso.
Arrancó el encuentro muy igualado. Los locales no se jugaban nada, ni por arriba ni por abajo; todo lo contrario los de Toño Casado, que habían depositado sus esperanzas en este partido que aún les quedaba por jugar para alejar fantasmas del descenso. Sin embargo, el rival que tenían enfrente poco tardó en despertar y lanzarse a por el partido jugando en casa. Si bien la primera media hora de juego el marcador se mantuvo en tablas, los últimos 15 minutos de primera parte los visitantes se fueron metiendo en su campo ante el empuje local. A falta de cinco minutos llegó la tragedia, con el tanto de Torres que inauguraba en el 40 de juego mandando a los rojillos alicaídos a vestuarios.
Nada estaba perdido y tocaba remontar. Ardua tarea, máxime cuando se juega lejos del propio feudo, pero el C.D. Mirandés B adelantó irremediablemente sus líneas para igualar la contienda cuanto antes y no quedarse después sin tiempo como ha ocurrido en algún encuentro pasado. Y quien arriesga puede perder. Efectivamente, Edipo aprovechó una incertidumbre defensiva para adelantarse por velocidad y batir a Moussa.
A pesar de las diferencias y ya con solo media hora para la conclusión, los de Toño Casado lograron mantener viva la esperanza con un tanto en el 76, obra de Samu, que daba catorce minutos de heroica para los rojillos. Desgraciadamente se quedaron sin premio.
