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PRIMER EQUIPO

Derrota por la mínima en casa (0-1)

Los rojillos no encontraron el gol en sus ocasiones y acabaron pagándolo con una contra del Nástic que dio la victoria a los visitantes.

No fue un encuentro vistoso en su inicio. Dos conjuntos con ganas de sumar aunque por situaciones distintas: el Nástic llegaba a Anduva como colista y sin conocer la victoria en las 12 jornadas disputadas y el Mirandés con ganas de desquitarse ante su público de los últimos resultados negativos. Así pues, los primeros instantes de partido fueron más bien de tanteo, una pelea por la posesión del esférico con más combinaciones horizontales que verticalidad. Apenas un par de disparos desde la frontal por parte de los catalanes frente a un centro chut peligroso de Sangalli fue lo más cerca que estuvo el esférico de las dos áreas. La primera gran ocasión no llegó hasta el minuto 19, en contra. Pero ahí estuvo Sergio Pérez para aguantar de pie en el regate y acabar despejando el mano a mano con los pies. La réplica, por parte de Sangalli –uno de los más activos en su habitual extremo derecho del tridente- llegó en el 37, en otro mano a mano esta vez en la otra portería pero con prácticamente el mismo final. Ahora fue Dimitrievski quien aguantó al donostiarra hasta el último instante para tapar el disparo raso del 8 que amenazaba por colarse por debajo de sus piernas. El descanso daría tregua a la mañana de fútbol en Anduva, sin goles.

Todo para la segunda mitad. Quedaban 45 minutos y las cosas por decidir. Pero poco duraría la igualada, por desgracia, para decepción de los locales. Cuando mejor estaban los de Carlos Terrazas, cuando más embotellado tenían a su rival, cuando atacaban y atacaban con el gol merodeando la puerta del Nástic, entonces llegó el gol en contra. En contra y a la contra. Sin haber generado peligro alguno, el conjunto catalán no fallaba en el minuto 56 en la rápida transición defensa ataque para pillar en superioridad a la defensa del C.D. Mirandés. A partir de ahí de izquierda a derecha el balón acabó en los pies de Juan Muñiz que la empujaba a escasos metros de la línea de gol y sin oposición. Ni siquiera la del portero, Sergio Pérez, que había salido de su zona a tapar la internada por la izquierda quedando vendido en el pase de la muerte.

De nuevo debajo en el marcador todo era más difícil. El mister dio entrada a Pedro Martín y Fofo. Minutos después a Maikel Mesa. Madera al fuego de ataque rojillo en busca de una igualada rápida que aún diese tiempo para pelear incluso por los tres puntos. Lo intentó Guarrotxena, escorado en la izquierda con varias incursiones por el pico del área. También Fofo, con algún disparo lejano en busca de portería. Pero el tiempo corría con más interrupciones que juego entre faltas y sobrecargas de los jugadores visitantes que pedían asistencia a su banquillo. No dio para más.

Aforo: 2.962 espectadores