Skip to main content
PRIMER EQUIPO

Injusto empate en un encuentro protagonizado por las ocasiones rojillas (1-1)

El C.D. Mirandés mereció más que su rival en un encuentro con infinidad de ocasiones locales que no acabaron en gol.

Seguro que más de uno se estará acordando de esa ocasión. De esa y de la otra. De una tercera. Porque sí, hoy el C.D. Mirandés fue muy superior a su rival en juego y, desde luego, en oportunidades.

El encuentro arrancó dubitativo. Las ganas y la euforia se palpaban en los jugadores de rojo pero la sólida defensa del Reus impedía mostrarlo en pleno auge. Aunque por pocos minutos; quizás ni siquiera diez. Álvaro Bustos advertía antes de llegar a ese instante con una cabalgada eléctrica por banda izquierda que acababa con el disparo de Eguaras fortísimo desde la frontal. Por mílimetros, rozando el travesaño. Relevo para Kijera, que en el 16 lanzaba un centro-chut en un libre directo escorado a su pierna buena que hacía dudar a Edgar Badía ante la acumulación de hlmbres en el área. Otra ocasión al limbo. Y así una detrás de otra: Guarrotxena con disparo raso, Maikel Mesa desde la frontal, Sangalli aprovechando un despiste defensivo, el propio Sangalli de cabeza...hasta que llegó el premio. Más que justo, sin duda. Eniba a ser el de más bella factura. Guarrotxena enganchaba un balón botando a 25 metros de la portería. Franco. Sin oposición. Pidiendo una volea fortísima que se convertía en un misil que cogía más y más velocidad conforme comía metros dirección a portería. Larguero y para dentro. Trallazo de euforia para a hinchada rojilla que lo estaba esperando por razones futbolísticas.

Así se llegó al descanso. Un parón que sirvió para recuperar fuerzas en una primera mitad, eso sí, exigente pese a las ocasiones, ante un rival siempre ordenado que hacía correr las tres líneas mirandesas de un planteamiento netamente ofensivo como es siempre el de los rojillos. El segundo tiempo no calmó el ansia. Más bien lo avivó. Los locales trataban con criterio el cuero y conseguían, con más posesión incluso que en la primera mitad, llegar arriba con peligro. Guarrotxena caía más a banda y Maikel Mesa ganaba metros buscando de nuevo posiciones de disparo. Hasta el porpio Ortiz tuvo la suya en uno de esos córners que tanto le gustan. Pero la pelota seguía sin querer entrar. Motivos daban los de Álvarez de los Mozos que, además, secaban cualquier acometida de su rival con una línea de presión alta que exigía derroche e intensidad. Pero conforme pasaban los minutos, ya en la recta final y exigidos lógicamente por lo que indicaba el marcador, el Reus fue sumando efectivos arriba. Fue ganando las disputas y las caídas. Y entonces llegó el peligro. Roberto salvó a los suyos en el 75 lanzándose abajo para arrebañar el balón en el corazón del área. En idéntica situación la sacó Kijera en boca de gol con el meta ya vendido. Y, en otro pase de la muerte desde banda izquierda,, los de Natxo González ya no perdonaban en el 83 de partido.

Injusto empate que trataron de levantar de nuevo los rojillos, con la salida de Álex García que se sacó un disparo con rosca al que estuvo muy atento Edgar Badía para atrapar. También Guarrotxena con el reglamentario ya cumplido en un cabezazo que, por momentos, parecía que cogía portería y se clavaba en la escuadra. El C.D. Mirandés acabó sumando un punto atacando, porque quería más. Porque mereció más. Porque jugando así, sacará más.