No mereció perder el pasado miércoles antes el líder, pero se quedó injustamente sin ningún punto. Pero este sábado el premio a la constancia llegó en forma de tres puntos. Tres puntazos más bien. Un triunfo valioso en el que se sufrió más de lo esperado al final.
Era un encuentro marcado en el calendario por la igualdad, en lo que a posiciones se refiere, de dos conjuntos que inevitablemente luchan por eludir posiciones de descenso. Lo sabían los de Toño Casado, que si bien habían dado el primer aviso en su anterior choque frente al líder en casa (acabaron perdiendo injustamente por la mínima y de penalti), certificaron la mejoría este fin de semana. En el minuto 23 los locales ya estaban dos por debajo gracias a un arranque vertical de los rojillos que, primero tras un córner y después tras el fallo del guardameta mirobrigense, celebraban sendos goles a su favor. La reacción, insuficiente para los locales, dejaba el marcador con ese 0-2 al descanso.
La salida de vestuarios tampoco cambió mucho las cosas. El empuje local era un querer y no poder ante unas líneas juntas de los visitantes que impedían las aproximaciones con peligro real a las inmediaciones de Moussa. Entre tanto, Álvaro ponía tierra de por medio por si las dudas.
El 0-3 por fin espoleó al Ciudad Rodrigo, que se quedaba sin tiempo si quería sumar al menos un punto. En el 77 conseguían acortar diferencias y en el 89 meter verdadero miedo en el cuerpo a los de Toño Casado. Pero así quedaría finalmente el electrónico, 2-3, y los tres puntos que viajaron de vuelta a Miranda de Ebro.