Gimnástic de Tarragona 3-2 C.D. Mirandés
La expulsión de Alain en el 35 de la primera mitad dio un vuelco al devenir del encuentro
Revancha. Es lo que pedían los jugadores a lo largo de la semana y lo que corroboraba el viernes en la rueda de prensa previa habitual el mister, Carlos Terrazas. Aún coleando ese mal sabor de boca tras la derrota en casa frente al C.D. Numancia, los rojillos miraban a Tarragona para resarcirse de sus heridas.
Arrancaba el partido con un ritmo alto. Los locales llevaban la batuta del encuentro como suele ser habitual cuando se abre el telón en casa propia. Sin embargo, los de Carlos Terrazas, sabedores de que su nivel aumenta cuanto mayor es la posesión, no habían ido al Nou Estadi a replegarse, sino todo lo contrario. Así pues, las ocasiones en formas de aproximaciones a una y otra área no tardaron en aparecer. Al minuto de que el colegiado diese inicio a la actuación, Álex Ortiz tenía que intesificar sus labores para despejar el peligro. Los tarraconenses buscaban los cambios de banda a banda para abrir el campo y hacer sufrir a la defensa de tres mirandesa. Lo conseguían por medio de un inspirado Naranjo, con el gol entre ceja y ceja fin de semana sí y fin de semana también. Los visitantes se defendían atacando. Alain probaba fortuna en el 10. Disparo raso que se marchaba por milímetro. Fue la primera ocasión para los de Miranda de Ebro, pero sin duda les espoleó para lanzarse a por más.
Sangalli percutía por banda derecha una y otra vez, volviendo locas a las defensas y haciendo trabajar en la cobertura lateral-central. Y precisamente en una de estas llegaría el gol. Alain servía al hueco y entre líneas perfecto para dejar solo a Sangalli que, de primeras, servía a placer a un Aridane que leyó muy bien la jugada y llegó antes que su opositor para empujar a gol. El tanto daba paso a los mejores minutos para los visitantes, que controlaban la posesión del cuero y jugaban como les gusta. Pero en una jugada aislada aislada el partido se iba a condicionar por completo con la segunda amarilla para Alain. Minuto 35 y el C.D. Mirandés con diez tras una discutida decisión arbitral. Así acabaría, al menos, la primera mitad.
Los rojillos habían aguantado diez minutos sin pasar demasiados apuros pese a verse con uno menos tras la decisión del colegiado de sacar la segunda amarilla a Alain por una dudosa mano en el centro del campo.. Pero la salida en tromba del Nástic dio paso al empate en apenas cuatro minutos tras la reanudación. Aburjarnia aprovechaba un balón suelto en el segundo palo para igualar la contienda. Poco después iba a ser Aridane quien, a pesar de jugar en inferioridad, metiese el miedo en el cuerpo de nuevo a los locales. Un remate franco desde el punto de penalti se encontraba con la estirada de Reina, que salvaba a los suyos. Fue la gran ocasión para cambiar el rumbo de un partido que tornaría de nuevo tras unos minutos, con un jugador menos, de buen trato de balón rojillo.
En el minuto 66, un centro raso desde la izquierda no iba a encontrar rematador en el área pequeña defendida por Raúl. Fue la antesala del asalto tarraconense, protagonizado por un nombre: Naranjo. Había sido el más expeditivo en la primera mitad y en esta segunda se encontraría una jornada más con el gol. En el 67 remataba el 2-1 a la red. Un centro que le dejaba solo en el punto de penalti para cabecear sin oposición. Inmediatamente después, el propio Naranjo se plantaría solo en el mano a mano con Raúl para tocar suave de interior y batir al meta; 3-1.
Los rojillos iban a morir atacando, como siempre, pese a verse con uno menos desde tan pronto, algo que sin duda cambió por completo el ritmo del encuentro. Pero en ese afán por acabar arriba, Provencio iba a provocar un penalti en los minutos de descuento que Néstor convertiría para hacer el 3-2 definitivo.