La pegada del Real Oviedo deja sin puntos al C.D. Mirandés (0-2)
Los rojillos no fueron inferiores, pero se vieron pronto por detrás en el marcador y , cuando mejor jugaban, el segundo les sentenció.
Arrancó el choque prometedor para los intereses rojillos que controlaban el encuentro en los instantes iniciales. La posesión era suya y, con combinaciones de banda a banda intentaban penetrar en la difícil defensa ovetense de cinco jugadores trazada por el técnico, Fernando Hierro. Provencio era el primero en probar la estirada de Juan Carlos, que se lanzaba al disparo del mediocentro desde la frontal aunque solo para tapar portería ya que el balón salió por fuera del palo. El viento, protagonista en la tarde de hoy, también iba a poner las cosas complicadas al meta visitante en las primeras faltas laterales de los de Álvarez de los Mozos, aunque la jugada de mayor peligro llegaría tras una nueva jugada combinativa que, primero Maikel Mesa y acto seguido Sangalli acertaron a disparar encontrándose con las manoplas de Juan Carlos. Ocasión al limbo. Y tras el perdón, llegó la sentencia visitante. Saúl Berjón, en una jugada aislada tras un saque de banda se sacó un zurriagazo al fondo de la red. El tanto en el minuto 20 noqueó a los locales que jugaron un buen rato a merced de la posesión de su rival. Hasta los instantes finales de primera mitad, que reaccionaron con el arreón habitual pero, de nuevo, sin suerte de cara a puerta.
Salida en tromba de los rojillos en la reanudación. Fueron, seguramente, los mejores minutos sobre el césped de esta tarde. Fútbol combinativo, como en el arranque de primera mitad, pero esta vez incluso con más ocasiones en busca del rápido empate. Apenas corrían dos minutos cuando Néstor Salinas se colaba hasta el área pequeña y apunto estuvo de dirigir a portería un centro raso desde la derecha. Provencio volvía a intentarlo como en el primer acto con un disparo que atajaba Juan Carlos. Y cumplida la hora de juego, era Guarrotxena el que conducía por la derecha para poner un balón peligroso que no encontró rematador en al área. Y a partir de ahí, nuevo mazazo. Minuto 62 y segundo gol para el Real Oviedo, de nuevo en una jugada aislada y cuando mejor se desenvolvía el C.D. Mirandés. David Costas ponía tierra de por medio con un remate raso colocado. Desde ese momento y hasta el final el coraje de los futbolistas salió a relucir y provocó más ocasiones de peligro. Pero al final siempre ocurría algo que impedía un remate franco o un centro bien colgado. Ni los recién ingresados Urko Vera, Pedro Martín o Álvaro Bustos lo iban a conseguir, pese al empeño y las llegadas. El marcador no se movería.