Punto y más en Valladolid (1-1)
El CD Mirandés vuelve a sumar con el tanto de Barea y pudo llevarse el encuentro con dos ocasiones claras en el tramo final.
Tocaba volver a coger sensaciones. Y llegaron. Algo más tarde del pitido inicial. Lógico. El CD Mirandés estaba ante un recién descendido como el Real Valladolid CF y en el Estadio José Zorrilla. Costó entrar. Pero el disparo de Marino en el minuto 9 terminó por desquitar cualquier nervio. Y el CD Mirandés empezó a jugar.
Fue un primer tiempo igualado, claro. Pero los rojillos esta vez sí se encontraban cómodos con balón. Sí buscaban asociarse. Y sí buscaban llegar a través de la posesión. También de la estrategia. Equipo trabajado el de Fran Justo, que avisó -y mucho- en el primer córner por la derecha. Centro colgado al punto de penalti y varios bloqueos y pantallas dejaban a Petit solo para el remate. ¡Alto! No era fácil, al primer toque y de semivolea.
Engrasaban los jabatos. Y llegó el premio. Con suspense. Mucho. Pero tras la revisión del VAR, el gol de Barea subía al marcador. Otra jugada de estrategia medida. Planeada. Trabajada. Con bisturí. Centro pasado que se cabeceaba después al corazón del área. Martín Pascual dejaba de cara a Barea que remataba con inteligencia raso, colocado, imposible para el meta.
Descanso con ese gol en el minuto 36 que daba ventaja a los de Miranda de Ebro.
Estuvo mejor el Real Valladolid en la segunda mitad. Arrancó mejor. Dominó y encontró recompensa con el empate de Ponceau en el 75. Embotellaban a los jabatos en su campo, pero un imperial Martín Pascual despejaba por arriba todos los centros que los locales volcaban por derecha en las botas del veterano Iván Alejo.
La posesión y los acercamientos eran blanquivioletas, pero el peligro real lo firmaron los rojillos. Un nombre propio: Eto’o. Hizo el segundo antes del empate de Ponceau. Anulado por fuera de juego. Y tuvo en sus botas los tres puntos casi con el 90 cumplido, pero un providencial Guilherme le firmó un paradón. Para cerrar, el propio Carlos Fernández acarició el 1-2 en una contra de un CD Mirandés que acabó en campo contrario. Con personalidad y queriendo los tres puntos.
Al final fue uno. Valiosísimo. Otro más.