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PRIMER EQUIPO

Una complicada primera mitad impide puntuar al C.D. Mirandés en el arranque de 2018 (1-2)

Los rojillos mejoraron en la segunda mitad y pudieron empatar a tenor de las ocasiones, pero la S.D. Leioa se defendió con muchos hombres atrás para aguantar la victoria.

No salieron las cosas como esperaban. Los rojillos saltaron por primera vez en este 2018 al césped de un Estadio de Anduva que, pese a las condiciones meteorológicas adversas de ayer y de hoy, finalmente presentó un estado mejor de lo esperado. Sin embargo, la S.D. Leioa no permitió a su rival aprovecharse de esta circunstancia para hacer su juego y, gracias a su gran efectividad en la primera mitad, consiguieron irse con dos de ventaja al descanso y aguantar -pese al gol rojillo- diferencias en el marcador y llevarse los tres puntos de Anduva.

Parecía que tenían muy claro lo que habían venido hacer. Y es que el Leioa prácticamente dominó el control del esférico durante los primeros 45 minutos -más el añadido- que duró el primer acto. Si a esto le sumamos un arranque de alfombra roja, como supuso el ponerse por delante en el marcador cuando apenas corrían tres minutos de partido, la tarde no pintaba realmente bien para los intereses locales. El tanto, obra de Aspas, fue un zapatazo desde fuera del área que dejó helado el estreno de Anduva en 2018. Y a partir de aquí todo se puso cuesta arriba. Los de Alfaro no conseguían salir con el balón controlado, en unas ocasiones por la presión adelantada del rival y en otras por errores no forzados en el pase. El caso es que la posesión era visitante y ni siquiera las caídas y segundas jugadas sonreían al Mirandés. No estaban cómodos los rojillos que, en el minuto 20, veían cómo Óscar García reventaba el larguero tras un pase filtrado desde la derecha al corazón del área donde aparecía el delantero para pegarle a la pelota sin oposición. Fue un aviso del tanto que llegaría en el 36 obra de Asier Goti tras una cadena de infortunios entre la zaga local que acabó con el mano a mano del vizcaíno con Limones y del que, esta vez, salió vencedor el atacante. Tocaba pasar por vestuarios y cambiar el guion del partido.

Les vino bien parar, reflexionar y analizar qué estaba pasando para irse con dos de ventaja al marcador en su propio Anduva. Las cosas no habían ido como querían en el primer acto, pero todavía quedaban 45 minutos para remediar lo visto. Dicho y hecho. Entró Pito Camacho en el césped para cambiar a un 4-4-2 y, con dos puntas, el Mirandés tuvo más presencia. De hecho, en tan solo un minuto, el recién ingresado logró firmar la mejor ocasión del partido para los suyos, con un disparo raso que se marchó lamiendo el poste izquierdo. En el 52 llegó la segunda, esta vez en botas de Peláez que se sumó bien por el carril central para aparecer en el balcón del área y disparar a puerta. Demasiado blando y centrado, pero de nuevo peligro. Ahora sí, este era el C.D. Mirandés al que Anduva está acostumbrado. Agresivo con y sin balón. Percutiendo por ambas bandas. Colgando centros laterales. Y empujando, empujando mucho. La S.D. Leioa no salía de su campo y prácticamente los 11 futbolistas defendían una ventaja que iba a menguar. A la segunda, ahora sí, Peláez definía perfecto de primeras con el interior en una jugada similar a la de cinco minutos atrás. Al rincón, imposible para Urtzi.

El partido se ponía de cara y el Mirandés intensificaba sus acometidas. Desapareció el ataque del Leioa que metía línea de cinco atrás y se encomendaba a su muralla defensiva. Surtió efecto, pero desde el gol y hasta el minuto 80, bien pudo acabar el balón en las mallas de la meta visitante, incluso en más de una ocasión. Sin embargo, los cabezazos de Pito Camacho y Cervero hoy iban a pasearse por fuera de los tres palos. En los minutos finales, el Mirandés ganaba las caídas al borde del área, pero tampoco los disparos de la segunda línea iban a querer entrar. El portero vizcaíno, Urtzi, se encargó con buenas estiradas de despejar cualquier peligro a córner.