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PRIMER EQUIPO

CRÓNICA | El primer gol cordobés al inicio del segundo tiempo lo cambió todo (0-3)

En el primero, los rojillos gozaron de más ocasiones para haberse adelantado.

Partido frenético en su arranque. Si alguien pensaba que los rojillos iban a jugar un trámite en estos últimos encuentros, ni mucho más lejos de la realidad. Buscando la portería y descargando balones en banda, Álex Garcia encontraba petróleo por la izquierda, sin fortuna en los remates. Los cordobeses tampoco habían venido a pasear a Anduva. A solo un punto del playoff, sus opciones pasaban por ganar esta noche en Miranda de Ebro, y con esos ingredientes comenzó el choque.

Fue un ida y vuelta hasta el minuto 15. En el lado visitante, Fidel y Andone volvían a demostrar los bien que se entienden en la parcela ofensiva y eran ellos los encargados de crear miedo en área de Raúl. Con el paso de los minutos el dominio local aumentó, de la mano de un Néstor Salinas inspirado jugando y eligiendo muy bien cuando jugar entre líneas o descargar por bandas. Así llegó Alain libre de marca a la frontal para provocar una de las ocasiones más claras con un disparo precioso de rosca al que nunca hubiese llegado Razak de encontrar portería. También Abdón llegaba a inmediaciones del área, en una jugada de contraataque trenzada por Eguaras que cedió a Sangalli para que el este la pusiese rasita en el corazón del área. Llegó a taponar el canterano Jonathan en última instancia. Cumplida la media hora de juego, el Córdoba seguía sufriendo las embestidas locales. Una y otra vez se ahogaban los ataques andaluces en la línea de tres en el medio. Rúper, Eguaras y Néstor cortaban y distribuían a la perfección. Alain percutía una y otra vez moviéndose por toda la línea de tres cuartos y volvía a probar a Razak. Eguaras también los hizo y esta vez el guardameta exrojillo tuvo que esforzarse más para enviar un efecto endiablado a córner. Un auténtico ida y vuelta que no cesó hasta el último segundo de la primera mitad, con un cabezazo de Andone instantes antes de que el colegiado indicase el camino a vestuarios.

Quince minutos de relax, ni uno más ni uno menos. Es lo que duró el descanso. Con los jugadores de nuevo en el verde, la tensión no cesó. Ambos equipos apostaban por el ataque como única opción. Y así iban a morir hasta el final. Era el Córdoba el primero en golpear con un disparo de Andone al que aguantó perfecto en pie Raúl para despejar con la rodilla a córner. Los rojillos trataban de dar la réplica, esta vez con menos protagonistas de cara a gol y los franjiverdes, en una de tantas tras la apuesta ultraofensiva, iban a encontrar premio en un disparo con rosca de Fidel sin oposiciÓn dentro del área. Al fondo de las mallas.

A partir de entonces los de Carlos Terrazas intentaron hacerse dueños de la pelota, y lo consiguieron. Sin embargo, la conexión con la delantera se hacía más difícil. Mientras tanto, un Andone omnipresente se buscaba la vida en ataque. A la contra hacía peligro con su velocidad, pero de nuevo en el mano a mano con Raúl salía vencedor el local. Al Córdoba no le valía con el gol de diferencia y se lanzaba por minutos en busca del segundo. Los rojillos intentaban pillarles, pero en el repliegue los cordobeses mantenían su portería a cero. Y en una jugada aislada en el minuto 78, a balón parado, Cisma iba a hacer, ahora sí, el segundo –de cabeza- a la salida de un córner. Los minutos pasaban y el C.D. Mirandés intentaba por todos los medios reducir distancias. Al final el gol llegó, pero de nuevo del lado visitante con –una vez más- fortuna del rechace de un defensor rojillo que desviaba la trayectoria y hacía imposible la llegada de Raúl que se había tirado bien.

Resultado cruel a tenor de lo visto en una segunda parte en la que el acierto atacante rival dictó sentencia tras una primera parte muy buena de los locales.