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PRIMER EQUIPO

CRÓNICA | Triunfo trabajado para seguir mirando arriba (1-0)

Los rojillos superaron a la S.D. Huesca gracias a un precioso gol de Ion Vélez

Domingo noche de fútbol en Anduva. A las 17:00H. de esta tarde los futboleros se ponían delante del televisor para vivir el desenlace de La Liga, unos con el Barcelona, otro con el Madrid y también muchos con el Atleti. Los mirandeses, sin embargo, esperaban con ansía las 20:00H. para ir a su segunda casa, Anduva, a animar a los que verdaderamente les importan: sus rojillos.

Estos jabatos saltaban puntuales al césped y, con el pitido inicial, les tocaba a ellos ofrecer el espectáculo justo a los allí presentes. Salieron mordiendo. Al cruce. A las caídas. A los balones divididos. La S.D. Huesca se encogía retrasando líneas, juntándolas y apenas sin poder salir de su campo con el balón controlado. Eguaras, Kijera y Rúper cortaban todos los balones entre líneas para que la defensa viese de muy lejos el potencial peligro. Después, el balón pasaba por las botas de Néstor que bien descargaba en bandas o en la punta de lanza hoy: Ion Vélez. La posesión era de los locales y, así, los de Carlos Terrazas se sienten cómodos. Muy cómodos.

Del primer “UY” (sí, en mayúsculas) de la grada iba a tener la culpa Sangalli. El extremo, siempre expeditivo en el uno contra uno pero también con mordiente para llegar al área en jugadas de banda contraria, iba a llegar precisamente a las inmediaciones de Whalley. Hubiese bastado hacerlo milésimas de segundo antes, pero el pase de la muerte de Néstor se quedaba en eso, el primer “UY”. Los rojillos se lo creían. Eran mejores que su rival, que se encomendaba a las contras saliendo en velocidad pero sin demasiada precisión. Y así era muy difícil contabilizar ocasiones. Los de Miranda de Ebro crecían en posesión y en protagonismo. Ahogaban en su campo a los oscenses y Ion Vélez cazaba toda clase de oportunidades en el área, resolviéndose para encontrar el disparo pero topándose una y otra vez con el muro blaugrana (hoy de blanco). Pero precisamente esta muralla, poco pudo hacer en un balón colgado milimétricamente por Kijera a la altura del punto de penalti. Por allí andaba el punta navarro, que con un giro magistral de cuello picaba el cuero a la cepa del poste izquierdo para que Whalley solo pudiese asistir como mero espectador del golazo que inauguraba el electrónico en el 42. Descanso.

Al contrario que en la primera mitad y como es lógico con el marcador de la reanudación, el pitido del colegiado daba inicio a la avalancha de los de Anquela que inclinaban el campo ahora hacia el área de Raúl. Machis era el que más cerca tenía el empate en el 46, con un disparo al poste que perdonaba las tablas en el electrónico. Pero cierto es que tras este arranque de dominio sin ocasiones –más allá de la mencionada- llegó el arreón local. Hasta tres aproximaciones claras protagonizaron los de Carlos Terrazas en escasos dos minutos. Eguaras mandaba un zapatazo desde la frontal al ladito de la cepa izquierda defendida por Whalley. Cantero creaba incertidumbre con un centro chut que, de haber encontrado portería, nada podría haber hecho el guardameta oscense ya casi vendido. Y por último un zurdazo con rosca de Abdón se perdía muy cerca del travesaño. A partir de estos cinco minutos iniciales de asedio por parte de ambos conjuntos, el ritmo del encuentro bajó. Pero solo por un momento. En el minuto 62, Sangalli volvía a la carga con un toque sutil casi de puntera que se marchaba por línea de fondo por milímetros. E Íñigo López traía la réplica visitante siete minutos después pero se encontraba con el vuelo de Raúl para despejar el testarazo a la salida de un córner. El ida y vuelta convertía el partido en un correcalles, pero los rojillos no se echaban atrás y, aunque pudo costarles el empate, también estuvieron muy cerca de conseguir el segundo tanto y la consecuente tranquilidad. Lo cierto es que al final el marcador no se movió y el himno a capela en la grada anunció la conclusión de la 37ª jornada de Liga Adelante en Anduva.