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PRIMER EQUIPO

Dolorosa e injusta derrota de nuevo en Anduva (0-1)

El Sevilla Atlético metió la única ocasión clara que tuvo y eso le valió para llevarse los tres puntos del feudo mirandés.

Primera parte de trámite. Los dos conjuntos se tantearon en los primeros 45 minutos para después, en la segunda parte, cada uno optar por jugar su papel en el guion del partido del que, con una sola ocasión, salió vencedor el Sevilla Atlético.

El partido comenzó con un ritmo pausado, sin ocasiones en una ni otra área y con muchos juego de medio campo. El foco de atención de este primer acto lo llevaron Urko Vera y Bernardo Cruz, su pareja de baile durante todo el encuentro y con el que protagonizaron, ambos dos, auténticas luchas por los balones aéreos. Así, sin más que lucha y disputa en los emparejamientos individuales de cada jugador con su correspondiente marca, las ocasiones fueron aisladas y fruto de disparos desde fuera del área más que de aproximaciones claras a ambas áreas. Los porteros, con alguna que otra intervención, vivieron tranquilos durante una primera mitad en la que la ocasión más clara corrió a cargo de Maikel Mesa con el 45 casi ya cumplido, en el que tras un control orientado exquisito marca de la casa, ya dentro del área el mediocentro -hoy extremo- se plantó delante del guardameta Caro, algo escorado, y disparó de interior demasiado centrado y fácil para el cancerbero. Descanso.

Muy diferente arrancó la segunda mitad, aunque es algo a lo que ya nos tiene acostumbrados este C.D. Mirandés que aumenta las revoluciones tras el paso por vestuarios. Y precisamente lo hizo a través del mismo protagonista que dejó la conclusión de, primer acto: Maikel Mesa. Hasta tres ocasiones tuvo el 14 rojillo en sus botas para adelantar a su equipo en el marcador, pero de nuevo el esférico no iba a querer entrar. Por una u otra razón. La primera fue mediante un disparo raso al que, un atentísimo Caro durante todo el encuentro, iba a responder sacando la manopla derecha para despejar. Dos minutos después, y tras una buena jugada personal de Sangalli por banda derecha, el propio Maikel Mesa iba a sumarse al punto de penalti para llegar al centro raso del donostiarra. Sin dirección el remate con el defensor pegado. Y la tercera, un minuto más tarde, en el 54, quizás la más clara si no llega a ser por la intromisión de un defensa que, salvando los cascos a los suyos, despejaba la volea perfecta del tinerfeño que ya cogía portería. Arreón sin premio.

A partir de ahí, el ritmo bajó un poco. El C.D. Mirandés seguía llevando el peso del partido en la posesión, pero una buena jugada de ataque, con una triangulación final dentro de área le bastó a uno de los jugadores más talentoso del cuadro sevillista, Borja Lasso, para servir en bandeja el primer gol de la tarde en Anduva a Marc Gual. Con poco, los andaluces se llevaban mucho en el minuto 67, con tiempo aún para reaccionar pero con una mazazo importante en la moral del conjunto rojillo. Más con el alma que con la cabeza, las fuerzas locales no bajaron y se intentó hasta el último aliento, con un disparo del capitán, Rúper, sobrepasado ya el 90 reglamentario. La reventó con todo, pero el trallazo se marchó rozando la escuadra y llevando consigo un reflejo de lo que había sido este partido y otros tantos atrás: el balón no iba a entrar. E irremediablemente así se llegó al pitido final del colegiado, con los tres puntos esfumándose del Estadio de Anduva.