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PRIMER EQUIPO

El C.D. Mirandés recorta distancias con el líder gracias al segundo triunfo consecutivo en Anduva (4-2)

Los rojillos dieron una nueva lección de efectividad en la primera mitad y jugaron algo condicionados por la expulsión de Mario en la segunda.

Nuevo triunfo en Anduva y ya es el segundo consecutivo. Lo que quiere decir que sí, el C.D. Mirandés sigue como firme candidato al liderato de este Grupo II de Segunda División B. Y lo reafirmó hoy en su feudo, con su gente. Una primera mitad repleta de goles -tres nada más y nada menos- dio ventaja suficiente a los de Alfaro para controlar el partido en la segunda. Sin embargo, y después de haber marcado el cuarto, la expulsión de Mario Hernández obligó a jugar al C.D. Mirandés en inferioridad y los vitorianos redujeron a dos la ventaja final que dictaminó el electrónico.

El encuentro arrancó con una posesión discutida. En contra de lo que se podía pensar en la previa, el C.D. Vitoria se plantó en Anduva con la intención de jugar la pelota, de rasear el esférico y, en definitiva, de pelearle el dominio al C.D. Mirandés. Fueron quince minutos iniciales de máxima igualdad que terminaron por decantarse por el lado local con el primer tanto del encuentro. Un penalti cometido sobre Borja Sánchez, cuando este pisaba ya área y ganaba línea de fondo, acabó con Cervero -el hombre gol por méritos propio y evidentes- colocando el balón en los 11 metros y engañando a Areitio para inaugurar el electrónico. Lo cierto es que, hasta este momento, no se habían contabilizado demasiados acercamientos en una ni otra área, pero el tanto pareció abrir un poco el partido. La defensa visitante arriesgaba más, con la línea más adelantada y con espacio para correr a su espalda para Yanis y Borja en los costados. Así llegó una buena ocasión en botas del extremo diestro a pase del francés, que desbarató en última instancia Cipetic para enviar a córner. Cuatro minutos después, en el 29, Yanis -que volvía hoy tras la sanción de cuatro partidos- aprovechaba un centro colgado desde la derecha para empujar un balón embarullado en el área. Así que fue volver y marcar. Antes de que el árbitro indicase el camino de vestuarios, los rojillos iban a ampliar aún más la diferencia por medio de Diego Cervero, otra vez desde el punto de penalti tras señalar el colegiado una mano clara en el área que evitó un disparo a portería. Pintaba muy bien las cosas de nuevo gracias a una gran primera mitad.

De hecho, los segundos 45 minutos prolongaron el estado de felicidad en el conjunto rojillo. Y es que un invitado sorpresa, Bruno Rivada -debutante hoy-, se colaba en la fiesta goleadora para estrenarse con su nuevo equipo y poner el cuarto en el casillero en el minuto 59. El defensa central estuvo acertado para buscar un libre directo en el segundo palo y rematar de manera acrobática para empujar a gol. Poco o nada duraría la alegría en las filas de Alfaro. Tan solo dos minutos después de ampliar diferencias, el colegiado señalaba la pena máxima y en el corro de las protestas Mario Hernández acababa expulsado. Gol de Cipetic y el C.D. Mirandés que iba a jugar con uno menos la media hora que restaba de partido.

Alfaro decidió entonces reforzar al equipo con la entrada de Paris, que completó la línea de 4 defensas para cubrir las acometidas visitantes en el tramo final. Y, sin duda, lo consiguió. Si los vitorianos habían llevado peligro en la reanudación pese al cuarto gol rojillo, con uno más sobre el césped, el C.D. Mirandés impuso su solvencia para frenar a su rival. Desde la expulsión y hasta los noventa reglamentarios, apenas se contabilizaron dos ocasiones foráneas, la más peligrosa de Azcue con un cabezazo desde el punto de penalti que atrapó muy seguro Limones. En este mismo tramo de partido, a los rojillos le anularon un gol de Eloy Gia -tras una jugada de paredes magistral entre él mismo y Pito Camacho- y tuvo el quinto en las botas de Pito Camacho tras una jugada magistral del mismo Eloy Gila que ganó en velocidad a todos por banda izquierda. En el descuento, y ya con el partido muriendo, Sarriegi puso el segundo y definitivo para los suyos tras empujar un rechace de Limones que quedó muerto en el área pequeña.