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ACTUALIDAD

El Sporting de Gijón gana la batalla en El Molinón (3-1)

Un partido completamente condicionado por las expulsiones rojillas y el penalti, acaba cayendo del Sporting ‘B’ que se coloca líder del grupo.

Mucha expectación se había creado, por parte de uno y otro equipo, de cara al encuentro que este domingo se vería en un escenario como El Molinón. C.D. Mirandés y Real Sporting de Gijón ‘B’, primero y segundo clasificado frente a frente ante más de 3.000 personas que se dieron cita en el feudo rojiblanco antes de la hora de comer. 12 en punto, reloj en hora y el árbitro hacía sonar su silbato. Comenzaba la batalla.

Pronto se pondrían las cosas muy en contra de los intereses rojillos. Y es que, si en los 15 primeros minutos de partido apenas ocurrió nada -hasta el punto de no registrarse disparo alguno entre palos- en los 5 posteriores ocurriría de todo. Y todo, o casi todo, en favor de los rojiblancos. Minuto 17, Isma Cerro percute por el balcón del área y define imposible para Limones al que bate por raso. Gol, 1-0. La reacción no se hizo esperar. Minuto 23, falta peligrosa al borde del área y Antonio Romero deja inmóvil a Dani Martín. Empate. La alegría llegaba al banquillo visitante pero, segundos después, el colegiado levantaba al cielo de El Molinón una cartulina roja. Era para Yanis, que se marchaba expulsado tras un presunto rifi rafe a la hora de recoger el balón de la red para volver a sacar de centro. El partido cambiaba. No de guion, puesto que los rojillos eran quienes, desde el primer minuto de juego, habían propuesto con posesió de balón, circulando entre líneas y mandando, mientras que los rojiblancos esperaban el robo y corrían. Pero ahora sí, contra diez hombres, la estrategia local era más efectiva. Desde la expulsión hasta el descanso, sin embargo, Limones apenas tuvo que espantar dos sustos en forma de disparo raso -de Claudio- y un cabezazo blandito de Pablo. Para los de Alfaro, Igor Martínez tuvo la suya con un disparo desde el pico del área al que el homólogo en la portería rojiblanca respondió con la misma solvencia que el meta mirandés. Jugadores a vestuarios.

Aun en inferioridad, la casta, la ambición y las ganas del C.D. Mirandés pudieron más en la reanudación del encuentro. Los rojillos supieron interpretar a la perfección el encuentro y, con diez futbolistas sobre el terreno de juego, salieron dominando al Sporting ‘B’. Fueron diez minutos de absoluto dominio rojillo que merecieron el premio del gol en una acción colectiva en el minuto 52 por banda derecha. Triangulaciones y juego de paredes entre Igor Martínez, Paris y Rúper que acabaron con un centro raso al corazón del área para las botas de un Pito Camacho especialmente expeditivo en su ingreso al campo en detrimento de Diego Cervero. Control, acomodo y disparo que cogía portería, muy probablemente imposible para el meta rojiblanco pero, in extremis, la defensa local rechazaba a córner. Jugaba bien el C.D. Mirandés que creía en la heroica incluso jugando en inferioridad, pero entonces las cosas volvían a complicarse. Penalti por mano de Gorka Kijera en el minuto 58 e Isma Cerro no fallaba. De nuevo por delante los de Gijón. El partido, si no estaba ya lo suficientemente condicionado, aún se ponía más de cara para un Sporting ‘B’ que se volvía a poner por delante en el marcador. Y, de nuevo, los once jugadores defendiendo en su campo. Posesión para los rojillos otra vez, pero el castigo tras pérdida podía ser ahora ya letal. Y ocurrió lo peor. La contra de los gijoneses conducida por banda derecha acabó con el centro medido de Traver a la cabeza de Claudio que, a escaso metro de la línea de gol, solo tenía que dirigir el cuello. Era gol, 3-1.

Los últimos 20 minutos de partido se convirtieron en un carrusel de amonestaciones, principalmente para jugadores rojillos. Israel Puerto acabó expulsado por doble amarilla, pese a que en la acción en la que fue amonestado por segunda vez fue David Prieto quien cometió la falta. Al final, el guion se puso muy de cara para el Sporting ‘B’ muy desde el principio y un C.D. Mirandés, que tuvo que ir siempre a remolque, cayó con la cabeza alta en El Molinón pese a las adversidades que presentó un partido muy condicionado.