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PRIMER EQUIPO

Tablas en El Plantío que deja los derbis de este año sin dueño (1-1)

Los de Pablo Alfaro fueron muy superiores en la primera mitad y pudieron sentenciar con un balón al poste, pero a falta de 10 minutos para la conclusión les empataron.

Fotografía: Burgos Deporte

Una parte para cada uno, con también un tanto para cada equipo. Ese fue el resumen de un derbi brugalés en el que se repitió el resultado de la primera vuelta en Anduva. Los de Alfaro, que tuvieron un arranque vertiginoso y se adelantaron en el minuto 6, no pudieron hacerse dueños del balón en la segunda y sufrieron un cruel empate a diez para el pitido final.

El encuentro arrancó de manera inmejorable para los intereses visitantes. Cuando aún apenas se habían visto ocasiones y reinaba la lucha en medio campo, un balón largo de Gorka Kijera iba a pillar por sorpresa a la defensa, no así a Pito Camacho. El delantero, más listo que nadie, corrió mientras el cuero volaba para acabar pinchándolo con la derecha ya casi en el área pequeña y empujar pegadito al poste con la izquierda. Fue una acción rapidísima del delantero que hacía saltar a los más de 600 aficionados rojillos que se dieron cita hoy en las gradas de El Plantío.

El tanto no cambio ni el guion ni la ambición de los de Miranda de Ebro. Sólidas en defensa y muy ordenadas cuando no tenían el balón, peleaban por jugar cuantos más minutos posibles con la posesión. Y cuando la tenían, hacían sufrir al Burgos CF, sobre todo por bandas. Borja Sánchez y Yanis, apoyados en muchas ocasiones por sus laterales, Paris y Kijera que doblaban sin descanso, creaban indecisión en una zaga local que pudo sufrir el segundo tanto en un centro chut del extremo francés que Saizar tuvo que despejar a córner a una mano. Pero más clara aún fue la que tuvo, de nuevo Yanis, a cinco para el descanso. De nuevo percutiendo los locales por la derecha, Rúper ganó línea de fondo para poner un centro raso, pero la mala fortuna le hizo encontrarse a Yanis con la madera. El Burgos, en estos primeros 45 minutos, apenas llevó peligro a la meta de Limones con centros laterales y varias faltas en la frontal que nunca llegaron a inquietar.

Obligados a proponer, el Burgos CF hizo cambiar, desde el primer minuto, el guion del partido en la reanudación. Los rojillos, que conservaban su botín, perdían terreno en favor de su rival, que adelantaba su línea de presión para provocar así los golpeos largos desde el centro de la zaga mirandesa. Pito Camacho lo tenía complicado para ganar las disputas con los centrales y, poco a poco, los locales se hacían dueños del balón. Sin embargo, y pese a no sentirse los de Alfaro especialmente cómodos cuando les roban el esférico, el Burgos CF no se acercaba con peligro a las inmediaciones de Limones que, salvo una jugada aislada en el minuto 50 con una buena mano abajo para despejar el cabezazo de Adrián Cruz, apenas tuvo que intervenir. Y es que el Burgos se limitaba a colgar balones, nunca a trenzar la jugada completa. A partir de su línea de tres cuartos, el orden defensivo de un C.D. Mirandés my solidario desde la delantera hasta el portero, amargaba cualquier intentona rival. Pero pese a todo, los locales iban. A encontrar premio en uno de esos balones al área. Casi de semifallo, Iker Hernández ponía la bota para dirigir un centro colgado en segunda jugada ante el que nada pudo hacer Limones. Era el minuto 80 y quedaba muy poco margen de maniobra ya.

A partir del empate el partido se rompió. Mucho más espacio en medio campo, para uno y otro equipo que, visto lo visto, no se conformaban con las tablas. A nadie le valía ese empate a tenor del arreon final, casi con más corazón que fútbol. El terreno de juego se convertía por momentos en un correcalles que cesaba solo con las faltas tácticas para cortar las contras de unos y otros. Al final no hubo tiempo para más y los derbis burgaleses de esta temporada se quedan sin dueño.