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PRIMER EQUIPO

C.D. Mirandés 1-1 C.D. Lugo

Intensidad, buen juego y ocasiones por parte de ambos conjuntos que acaban con reparto de puntos en Anduva.

C.D. Mirandés 1-1 C.D. Lugo

Objetivo: los tres punto. Se habían encargado de dejarlo bien claro jugadores y mister en sus respectivos pasos por rueda de prensa durante la semana. El C.D. Mirandés se marcaba la victoria como único fin posible después de dos jornadas en las que el dominio territorial no había sido justo con el resultado y, aunque arrancasen un empate frente a un rival de entidad como es el Real Zaragoza, no se llevaron nada de su visita a Pamplona pese al buen juego visto sobre el césped de El Sadar.

Con esta máxima arrancó el segundo encuentro de los rojillos en Anduva. La afición, respondiendo un fin de semana más se había dado cita en el graderío para animar a los suyos, pero el comienzo no pudo aguardar peor fortuna a los de Carlos Terrazas. Apenas corrían seis minutos en el marcador cuando curiosamente Igor Martínez, el exrojillo, se encargaba de subir el primero a la cuenta de los suyos tras una buena jugada que comenzó con la buena maniobra de Caballero, el nueve referencia en las filas gallegas, que supo aguantar perfecto de espaldas para girarse, abrir a la derecha y que el balón llegase finalmente manso y raso a las botas del 19 que no lo celebraba por respeto a la que fue su casa los últimos dos años. Lo cierto es que poco importó esto a los locales, que como si el encuentro continuase cero a cero, no perdieron la cara al partido y continuaron buscando las suyas. Carnicer, en una buena internada por banda derecha estrelló su centro en el poste izquierdo defendido por José Juan después de que rebotase en un contrario. Y solo doce minutos después, en el 22, era Álex García quien se deshacía de su par por banda derecha para colocar un pase de la muerte en el corazón del área que no encontró rematador. A partir de ahí el C.D. Lugo buscó como remedio a las embestidas de su adversario el hacerse con el control de la posesión como acostumbra, pero prácticamente en ninguna ocasión llegaron con peligro a territorio de Raúl.

El segundo tiempo comenzó como no podía ser de otra manera. Había que remontar y había que hacerlo rápido para evitar que el rival se creciese y les endosase un segundo gol que podría haber puesto tierra de por medio ya para el milagro. La revolución comenzó desde el propio túnel de vestuarios, con dos cambios ofensivos que decidió Carlos Terrazas: Néstor Salinas y Abdón Prats saltaban al verde para dar recambio a Javi Cantero y Sangalli. Y cuando alguno quizás aún no había vuelto a su asiento llegaba la primera ocasión de peligro en la cabeza de Lago Junior, que no logró dirigir bien su remate y la pelota se perdió por línea de fondo. Primer aviso. No hubo tiempo para otro. Llegaba el minuto 55 al electrónico de Anduva con un saque de banda en línea de tres cuatros para el C.D. Mirandés. El C.D. Lugo, más pendiente de reubicarse que de la propia jugada no llegaba a tapar el centro que llegaba hasta el segundo palo, perfecto para la cabeza de Lago Junior que esta vez  no fallaría y con un giro de cuello perfecto la ponía donde nunca hubiera podido llegar José Juan. Esta vez sí, el costamarfileño se desquitaba de su ocasión anterior y el partido tomaba otro rumbo completamente distinto. Fueron, sin duda, los mejores minutos de un C.D. Mirandés que asediaba la portería del C.D. Lugo continuamente. Kijera y Provencio en una doble ocasión a balón parado a punto estuvieron de hacer el segundo tan solo dos minutos después del tanto de Lago.  Carnicer se sacaba un disparo mordido desde la frontal que de haber enganchado mejor podría haber puesto en apuros al guardameta gallego. Los robos de balón en el medio campo eran constantes. Los rojos mordían sobre el césped de Anduva y el C.D. Lugo no podía deshacerse de ninguna manera de esta presión. Sin embargo, los minutos pasaban y el C.D. Mirandés no encontraba el premio a su esfuerzo. Los visitantes perdían algo más de tiempo conscientes del estado físico de su rival, superior en esta faceta como bien demostraron en los últimos instantes del encuentro.

El marcador no se movería más en cualquier caso y el reparto de puntos pudo parecer justo para algunos si diésemos por bueno que cada una de las partes tuvo un dominador claro. Los rojillos volvieron a ir de menos a más y, a pesar del empate, volvieron a dar una buena imagen ante los suyos.