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ACTUALIDAD

C.D. Mirandés 1 - 1 R. Murcia

Reparto de puntos entre Mirandés y Murcia.

El Mirandés logró un valioso punto en el duelo de esta jornada frente al Real Murcia, y sale reforzado de un envite complicado ante uno de los conjuntos más intensos de la categoría. El tanto inicial de Tete obligó a los de Arconada a realizar un partido valiente, arriesgado y de clara vocación ofensiva con continuas llegadas y muchas opciones en línea de ataque para los puntas locales. Choque de desgaste y velocidad que premió a los rojillos al borde de la conclusión con el tanto de César Caneda en otro final de infarto para una grada rojilla que volvió a ser motor fundamental del equipo.

 

Primeros minutos de marcado carácter directo que anticipaban la que iba a ser tónica general durante todo el encuentro en cuanto a ritmo y modo de juego se refiere. Con la iniciativa de juego bajo control del CD Mirandés, la búsqueda de apertura de campo y las llegadas en pocos toques se hacían argumentos ofensivos de peso para los de casa. Compases iniciales en los que el caudal ofensivo venía dado desde la banda izquierda, ubicación en la que José Ríos (hoy como interior) buscó incesantemente la ruptura defensiva merced a balones cruzados y centros medidos de gran calidad. Sería el sevillano quien probara fortuna en un disparo lejano al que Casto respondía con reflejos, desviando la primera intentona de la tarde. El cuado local desenvolvía su juego en campo rival, llegando en transiciones cortas y rápidas a posiciones de remate, obligando al Real Murcia a cerrar posiciones y salir con balón largo desde atrás para evitar la presión contraria. Buena labor en este capítulo de ambos mediocentros, tanto en el aspecto defensivo, como sirviendo de mensajeros en la basculación horizontal en mediocampo.

 

Buenos minutos de los locales que, sin embargo, iban a tener contestación rápida y contundente por parte del conjunto pimentonero. El equipo de Velázquez, replegado sobre terreno propio y buscando aprovechar el espacio a la espalda de laterales como única salida, se iba a encontrar pronto con un premio valiosísimo, tanto por su peso en el electrónico, como por lo inesperado del mismo. Con pocas opciones de creación, un robo tras ataque local en las inmediaciones del área permitía al cuadro visitante salir veloz, alcanzar línea de tres cuartos, y recepción y envío preciso de Eddy mediante, servir un balón a la incorporación de Tete para que éste reventara la escuadra de potente zurdazo. Apenas un cuarto de hora después del arranque, el conjunto murciano ya se encontraba por delante, viendo premiada así una capacidad en la anotación que superaba con mucho el resto de sus facetas vistas hasta el momento.

 

El Mirandés no se vino abajo, y tras el tanto encajado, siguió buscando el gol adelantando líneas y acumulando efectivos de combinación en zona crítica, arriesgando ,eso sí, vista la explosividad rival al contragolpe. El conjunto de Arconada dominaba la posesión, y gozaba de las mejores opciones en construcción, bien apoyadas por ambas bandas, en sendas duplas de lateral-interior, muy activos en la tarde de hoy en la consecución del desborde y la creación de superioridad. El argumento en punta de ataque seguía siendo la búsqueda de la referencia de Goiria entre centrales, aprovechando la velocidad de Igor Martínez en las caídas y balones al espacio en segunda jugada. Con todo, el rival seguía acorazado cerca de su portería, con la posición de medios encajada cerca de la línea de zaga, y Tete y Wellington como receptores de bola larga tras robo; con lo que la premisa de resistir a toda costa se hacía cada vez más patente.

 

El primer periodo marcó tiempos de ida y vuelta, con posesiones cortas, y mucha pelea a los puntos por desgaste en un ejercicio continuo de búsqueda de espalda a la defensa rival. Juego directo que generó buenas aproximaciones en ambos bandos. Por parte murciana, una pared milimétrica, bien trazada, entre Dorca y Tete, tuvo que ser abortada en el último segundo por la llegada magistral al corte de César Caneda que evitaba un remate certero de gol. En respuesta, por el lado rojillo, el enésimo centro peligroso de Ríos encontraba rematador en la testa de Goiría que, anticipándose al defensor, conectaba un remate que se escapaba fuera por centímetros. La primera parte concluía con dos equipos intensos, fuertes en la ejecución de sus planteamientos y que exhibieron lucha y pundonor hasta el pitido final a partes iguales. Mejores sensaciones de dominio y control para el Mirandés, a pesar del resultado, y toda la segunda mitad por disputar con el objetivo del empate en el horizonte.

 

El segundo acto abrió telón con el conjunto local más volcado aún si cabe contra la portería de Casto. Laterales en posición avanzada apoyando la salida de medios, y ambos interiores cerca de tres cuartos empujando a los puntas a la línea de centrales rival. Pronto iba a realizar su primera aproximación el equipo de Arconada, sería a pelota parada ejecutada por Ríos, en la que buscaría Caneda la superioridad por arriba, cediendo el balón a la llegada de Iriome que, forzado, no acierta a empujar el balón entre los tres palos. Llegada muy clara, y el susto que volvía a las filas pimentoneras que veían amenazada su ventaja de manera evidente.

 

El partido seguía bajo dominio general rojillo, pero el acierto en últimos metros no acababa de rematar una faena altamente exigente a nivel físico y de desgaste por recorrido realizado. Arconada daba un giro a la situación y daba entrada a Muñiz en lugar de Asier Goiría, con lo que el equipo pasaba a ganar calidad en tres cuartos, con un futbolista que en la noche de hoy iba a asumir el rol de enganche en toda su extensión, tanto a nivel de conducción directa, como de gestión de envíos a la velocidad lateral en ambos costados. Para mantener el nivel de ataque, el preparador donostiarra introducía a De Cerio en lugar de Ríos, y sumaba así un ariete a la punta de ataque, flanqueado por Martínez e Iriome como asistentes por banda.

 

El cambio propició una llegada interior de mayor calidad, y un catalizado de balones desde los pivotes hasta la línea de remate bien sostenida a partes iguales por la presencia de Muñiz, y por el trabajo de los puntas en labores de apoyo. Subido un punto el capitulo de creación, la conexión entre el mediapunta asturiano y el ariete vasco surtiría rápido efecto en dos llegadas a posición de disparo, en las que de nuevo, sólo la mala fortuna evitaría una ejecución precisa del golpeo. La más clara, rondando el ecuador de la segunda mitad, llegaría a botas del 23 rojillo, quien, tras dos buenos quiebros, enviaba desviado su lanzamiento en pugna con el central que impedía de fuerte empujón un disparo limpio. El Mirandés aumentaba marchas en ataque, y con la entrada de Docal como refresco explosivo por banda izquierda, mantenía su nivel de llegadas tanto por carriles interiores como por salida rápida por fuera.

 

El ritmo seguía creciendo a medida que se apuraban los minutos, y el volcado sobre portería rival era evidente, en una apuesta valiente por parte del banquillo local por amarrar un punto valiosísimo. Opciones más directas y salida aérea sobre la corona del área que obligaban a la zaga rojilla a un intenso trabajo de repliegue rápido tras recuperación murciana. El equipo de Velázquez, consciente de la situación, trató de exprimir ventaja en velocidad de Tete y Saúl, dos estiletes de calidad que no cesaron hasta el final del encuentro de incomodar a la línea de cuatro local con continuas escapadas y desmarques diagonales.

 

Con el tiempo a punto de cumplirse, sería la estrategia rojilla la encargada de impartir justicia para el desenlace final. Falta bien ejecutada por Muñiz en la prolongación lateral izquierda del área del Real Murcia, y gran remate de César Caneda que, elevándose más que sus rivales, conectaba un cabezazo imposible para el meta rival quien asistía impasible a la llegada del esférico a las mallas. Premio a la constancia, al empeño, a la garra demostrada por un equipo que no dejó en ningún momento de recibir el cariño de su público, un Estadio municipal de Anduva, cargado de la energía de las grandes citas en la noche de hoy. Con el pitido final a punto de producirse, una falta en la frontal del área rojilla bien lanzada por Martínez, obligaba a Dani Jiménez a realizar la parada de la tarde, volando raudo sobre la línea, y sacando de la misma escuadra un balón que se colaba dentro.

 

Con la prolongación cumplida, el duelo llegaba a su fin, y el Mirandés terminaba como justo merecedor de un punto que hoy sabe mejor por la labor y la tenacidad demostrada hasta el final. Buen partido del equipo de Gonzalo Arconada que, asistido por una grada siempre fiel al conjunto, lograba dar un paso más en la búsqueda de una salvación que tiene en el  Molinón, su próxima parada de este largo viaje.