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ACTUALIDAD

Hércules C.F 1 - 0 C.D Mirandés

Derrota rojilla en el primer encuentro del 2014.

Derrota del CD Mirandés en el Rico Pérez en un partido intenso y muy disputado, que cayó del lado local, merced al acierto en un lanzamiento de falta de Ferreiro en la primera mitad. Esfuerzo titánico de los visitantes que pese a todo, no obtuvieron rédito de su visita, aunque terminaron dominado a los puntos, tanto en posesión como en ocasiones, de un partido muy condicionado por las malas condiciones climatológicas. 

Los primeros minutos de peligro corrieron por parte local. El equipo de Quique Hernández arrancó el duelo con mucha llegada por ambas bandas y velocidad en la salida de balón. Nada más comenzar, una combinación entre Portillo y Ferreiro iba a acabar en balón elevado de Assulin sobre la incorporación del 17 herculano que, por centímetros, no llegaba a engatillar su media volea. El arranque espoleó a los locales que sin esperar al transcurso de los primeros cinco minutos, ya había rondado de nuevo el marco de Jiménez con una llegada de Sardinero que el meta lebrijano enviaba a córner en gran parada por bajo. Momentos de presión de los blanquiazules a los que el Mirandés respondía con un gran centro de Docal desde la izquierda que Iriome, elevándose sobre Peña, remataba con fuerza obligando a Falcón a desviar en rápida estirada. 

La primera parte transcurría rápida, con posesiones cortas para ambos equipos y constantes intentos de superación de ambas zagas en balón a la espalda de laterales. Muy activos en el cuadro local, Assulin y Ferreiro, ejercían de dagas entre centrales obligando al repliegue intensivo de un Mirandés bien posicionado y apoyado en su constante sistema de ayudas de un esquema con dos líneas de cuatro en vertiente defensiva, con el eje Nagore-I.Agustín como centro de operaciones. Los locales mantenían su idea de apertura de campo con dos extremos muy marcados, y la intervención de Portillo como referencia tanto en balón aéreo como al espacio. 

La contienda se disputaba entre el orden y la fuerza rojilla al balón dividido, y la velocidad a la carrera de los atacantes herculanos. Un equilibrio merecido que, sin embargo, iba a romperse antes del ecuador de la primera mitad. Una falta ejecutada por Ferreiro en las inmediaciones del área visitante iba a concluir en duro disparo y, a juicio del colegiado, en mano penalizada dentro de la muralla rojilla. Metros avanzados sobre el punto inicial y un golpe franco ejecutado de nuevo por Ferreiro que, esta vez sí, iba a encontrar las mallas de la meta defendida por Dani tras atravesar el obstáculo de jugadores por abajo. Duro golpe para el equipo de Carlos Terrazas, que veía como la fortaleza defensiva exhibida no lograba frenar la llegada más clara de los locales.

Con desventaja en el marcador, el CD Mirandés estiró líneas, y subió su zona de presión sobre campo rival para mejorar opciones de llegada. La amenaza llegaba desde los costados, y tanto Docal desde perfil izquierdo, como Muñiz a balón parado, obligaron a los centrales blanquiazules a emplearse al máximo para evitar el empate. Enfrente, Portillo era el encargado de rozar el segundo para los de Hernández con un durísimo disparo que César Caneda enviaba a córner. Predominaba en este intercambio de golpes el balón elevado sobre carrera, y de nuevo, un envío de Borja Docal era aprovechado por De Cerio para engatillar un buen remate que salvaba Falcón, omnipresente en este periodo, blocando con seguridad por abajo. 

La primera mitad llegaba a su final con el equipo rojillo por detrás en el marcador, aunque con buenas sensaciones de cara al segundo acto. Buen papel de los de Terrazas, efectivos y seguros atrás y en mediocampo, y laboriosos arriba por ambas bandas con constantes ofrecimientos y búsqueda de la victoria en el uno contra uno, aunque sin fortuna en metros finales. 

El regreso trajo consigo el ingreso en filas rojillas de Pablo en sustitución de Docal. El extremo burgalés saltaba al terreno de juego y Carlos Terrazas dejaba clara su apuesta por lograr el empate con sus hombres más desequilibrantes. También retocaba la defensa el preparador bilbaíno, y Malón sustituía a Gaspar en el eje de la zaga para refrescar una de las líneas más exigidas en los primeros cuarenta y cinco minutos. La tarea no era sencilla, de nuevo Dani Jiménez se veía obligado a realizar una intervención de mérito a disparo de Sardinero para evitar el tanto tras rechace en el corazón del área. El Hércules no disminuía la marcha, y pese a la mayor presencia rojilla en su campo, mantenía la apuesta por la llegada con creciente número de efectivos. 

El CD Mirandés incrementaba su vocación ofensiva, y dibujaba una línea de cuatro atacantes con Infante e Iriome por bandas, y la incorporación de Asier Goiria para servir de dupla con De Cerio en punta de lanza. Más llegada y más presión sobre la zaga herculana, y soporte de la línea de medios y defensa que forzaban al rival a romper el esquema con balón largo al espacio restante hasta portería. La apuesta, valiente y decidida por un mayor control del juego directo y de las caídas en segunda jugada, tuvo como contrapunto la aparición de espacios peligrosos que el contrario a punto estuvo de cristalizar en sentencia. A falta de veinte minutos para la conclusión, un centro de Peña desde la izquierda entraba en contacto con Malón, lanzado al despeje en plancha, e impactando según el colegiado, con sus manos en el balón. Penalti rigurosísimo, y el goleador Portillo al lanzamiento. Ejecución potente, ajustada al poste izquierdo, que, sin embargo, iba a encontrarse con un espléndido Jiménez que desviaba el tiro a córner. Gran parada del meta, y últimos minutos de máxima igualdad y de opciones abiertas para ambos conjuntos. 

Con el equipo rojillo volcado sobre la meta de Falcón, el guardameta local iba a erigirse en héroe del partido cuando, tras falta magistralmente botada por Infante, Caneda remataba de potente testarazo, y erraba el gol por centímetros a causa de la intervención del portero. Estirada de época, y el Hércules que volvía a salvar el empate. Tras esto, el empuje rojillo volvería a aproximar el tanto en una nueva ocasión, sería Ríos Reina quien en un libre directo en las inmediaciones del saque de esquina, estrellaría el balón contra la cruceta herculana con el meta ya batido. Los visitantes seguían apretando, con notable acumulación de efectivos para posiciones de remate, y se acercaban a un gol más que merecido. De Cerio y Goiria abrían espacios en la zaga blanquiazul , y se abonaban a entradas desde segunda línea que exprimieron al máximo la capacidad de los defensores rivales, obligando en los últimos minutos a desentenderse de la salida jugada desde atrás para alejar el peligro con balones largos. 

Pese a la brega y lucha demostrada, el partido llegaba a su final con una injusta derrota de los rojillos, a quienes sólo la mala fortuna impidió llevarse ,al menos, un punto del Rico Pérez.