
S.D. Huesca 1-2 C.D. Mirandés
Victoria importantísima de unos rojillos que tiraron de casta para superar a su rival en dos acciones a balón parado. +3
S.D. Huesca 1-2 C.D. Mirandés
"Recuperar los tres puntos perdidos el otro día en casa". Era la frase del entrenador del Club Deportivo Mirandés, Carlos Terrazas, en la previa al encuentro de Huesca. Dicho y hecho. 1-2, golpe de autoridad y tres puntos para seguir mirando arriba.
Arrancaba un encuentro que a la postres se temía incómodo. Efectivamente, Juan Antonio Anquela, debutante en el banquillo de la S.D. Huesca en Liga, parecía haber hecho los deberes. Y es que la posesión y el protagonismo recaían sobre los locales en el arranque de partido, fruto muy probablemente de la presión alta sobre los rojillos –hoy de blanco- que antes de arriesgar decidían mandar balones lejos de su área sin poder jugarlo por raso. La S.D. Huesca se sentía cómoda sobre su tapete pero no lo manifestaba en ocasiones, más allá de un remate dentro del área al que Raúl no cedió ni el más mínimo hueco, haciendo la estatua con la rodilla sobre el césped para tapar con su brazo izquierdo. Fue la única con peligro, y es que las llegadas a la portería visitante tampoco eran tan constantes, por lo que el paso de los minutos daría alas a un C.D. Mirandés que sí aprovecharía sus posesiones para traducirlas en oportunidades. Disparaba Eguaras de volea con su diestra un balón que se estrellaba en el larguero ante el asombro de todos los presentes en El Alcoraz. A punto estuvo de firmar el gol de la jornada. Minutos después era Lago Junior quien aparecía por el área pequeña tras un centro chut de Kijera, aunque un pelín tarde porque de haberlo hecho antes podría haber significado el 0-1. Este llegaría tres minutos después. El colegiado señalaba una falta clara sobre la misma línea del área sobre Lago Junior. Eguaras y Kijera se colocaban en sus respectivas posiciones para ejecutar bien con diestra, bien con zurda. Era este último quien sorprendía a todos, incluido al meta Whalley que veía cómo se colaba el balón por su mismo palo tras un golpeo de interior inteligentísimo que inauguraba el electrónico en Huesca en el minuto 40. No había tiempo para más antes del descanso.
La segunda mitad arrancaba casi con el mismo guion que la primera pero con una notoria diferencia. Protagonismo para los locales y, ahora sí, con ocasiones de gol. Raúl volvía a dejar la instantánea en el minuto 50 tapando de nuevo todo el hueco posible para que el disparo de la S.D. Huesca acabase rebotando en su brazo en la mejor oportunidad de los locales para la igualada. Y tanto va el cántaro a la fuente que, siete minutos después nada podría hacer ni Raúl ni ninguno de los jugadores mirandeses para evitar la peinada de cabeza del recién ingresado Moyá que ponía las tablas en El Alcoraz. Desde luego sería algo negativo, pero también positivo ya que el gol hizo reaccionar algo a los de Carlos Terrazas que se lanzaron más arriba para buscar ponerse de nuevo por delante. El partido caía algo en intensidad entrados ya en el 70 de juego, con dos equipos que disputaron Copa del Rey el jueves. Sin embargo, los de Anquela se aprovechaban más de esta situación en su condición de locales y apretaban la salida de balón del C.D. Mirandés en los últimos quince de juego. Luis Fernández disparaba al larguero en una jugada en la que Raúl no acertó a despejar lejos de su puerta y el balón muerto a punto estuvo de suponer el 2-1. Las llegadas de los osceneses comenzaban a ser habituales, pero los rojillos no renunciaban a las suyas. Y cuando el partido moría en el minuto 87, Álex Ortiz sacaba petróleo de un córner botado desde la derecha para entrar como un obús en el segundo palo y cabecear tan potente que acabaría entrando él y por supuesto el balón dentro de la portería y certificar la victoria.
Así pues, tres puntos a domicilio que sirven para colocar al C.D. Mirandés con 23 en la tabla de la Liga Adelante, séptimos y a las puertas de un playoff que buscarán asaltar el próximo fin de semana en Anduva frente al Real Oviedo.