Skip to main content
PRIMER EQUIPO

Anduva encarrila la Copa (3-0)

El C.D. Mirandés desplegó un fútbol sobresaliente en el encuentro de ida ante el U.E. Cornellà y toma justa ventaja para la vuelta.

Eliminatoria encarrilada. No definitiva. Queda la vuelta y será difícil. Pero lo visto hoy sobre el césped de Anduva invita a pensar en un C.D. Mirandés campeón. Por resultado, sí. Pero sobre todo por fútbol. En un encuentro casi perfecto, los de Borja Jiménez dominaron y doblegaron a su rival. Hasta tres goles se llevaron los catalanes. Resultado ni mucho menos abultado. Justo a tenor de lo visto. Y a certificar las magníficas sensaciones dentro de ocho días en la vuelta.

El partido arrancó con un claro dominador. Un equipo que quería jugar la pelota. Que lo hacía. Que monopolizaba. Intensidad y buen fútbol. Tras los diez primeros minutos de tanteo ante un rival desconocido –juega en el Grupo III de Segunda División B y no se ha enfrentado a los rojillos ni este curso ni el pasado- el balón ya solo tenía un color. Rojo, rojo y rojo. Álvaro Bravo ordenaba a los suyos en el centro del campo, custodiado por Antonio Romero y Cerrajería. Este último en todas las zonas de la medular. ¡Y hasta en el área! Tenía ganas y se le notaba. Tanto que suyo fue el primer gol de la final. Un golazo. Balón llovido desde el córner en una clara jugada ensayada. Sin pensar demasiado. Sin miramientos. Y sí con mucha confianza. De volea. Zapatazo. Zurdazo. ¡GOLAZO! Y 1-0 al descanso.

A la salida de vestuarios el dominio se acrecentó. Los locales iban por delante, pero querían más. Y Anduva con ellos en la mejor entrada de la temporada registrada en Copa RFEF. Casi 2.000 personas alentando, mostrando a la U.E. Cornellà qué es Anduva. This is Anduva. Y Anduva empuja. Y Anduva marca. El segundo. Claudio. En el minuto 50 con los equipos recién salidos de vestuarios pero, de nuevo, con uno solo dominando sobre el césped. El tercero pudo llegar antes, en una contra dirigida por Álvaro Rey tras el robo al último defensa pero que, finalmente, no pudo conectar con Claudio, solo en boca de gol esperando el pase de la muerte. Sí acertó, sin embargo, Matheus. Apenas cinco minutos de su ingreso en la final. De nuevo un omnipresente Álvaro Rey –prácticamente en todos los ataques del Mirandés-. Disparo de rosca, despeje blandito de Sergio Pérez y Matheus que cogía el rechace para empujar a la red. Ahora sí, 3-0, final. Y la Copa RFEF más cerca de las vitrinas del Club Deportivo Mirandés por primera vez en su historia.