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PRIMER EQUIPO

Anduva remonta, gana y pasa de ronda (2-1)

Los rojillos fueron capaces de sobreponerse al tanto del Atlético de Madrid ‘B’ y remontaron la eliminatoria con los goles de Matheus y Álvaro Rey.

Ambiente de las grandes citas. No era para menos. Gradas repletas. El rojo como color predominante. Muy predominante. Los gritos. Los cánticos. El júbilo. ¡Desde el mismo calentamiento! Era el partido más importante del año. Lo era porque significaba seguir o morir. Se siguió. Y con remontada incluida. Épica. Apasionante. Vibrante. Primero Matheus, en el 55 para igualar el tanto inicial de Pinchi. Y Álvaro Rey, de penalti en el 83 para llevar el éxtasis a las gradas de Anduva.

El Mirandés arrancó sin miramientos. Sin especulaciones. Sin guardar la ropa atrás. Todas las naves en busca de un primer tanto, conscientes de que el encuentro se podía complicar si el 0-0 se alargaba demasiado en el tiempo. Así pues, cumplido el cuarto de hora de juego, Yanis, Álvaro Rey y Matheus ya habían llevado peligro a las inmediaciones de San Román. La quemás cerca estuvo fue la del delantero, que avisó con un disparo lejano que cogió mucha comba y atrapó a duras penas el guardameta rojiblanco. Los visitantes, con su idea de juego de esperar y salir en tromba, eso sí, tampoco se arrugaban. Y es que el 0-0 tampoco les valía.  Camello, siempre muy peligroso entre líneas, probó desde lejos, pero Sergio estuvo más rápido que nadie para bloquear el tiro antes de que metiese en problemas  Limones. Y en el 27, el gran ‘UY’ en las gradas. No podía ser de otra forma que desde el libre directo. ¿De quién? Claro, Hugo Rama. Pinchó el balón en la cruceta desde al menos 25 metros de distancia. Un auténtico obús que hizo volar a San Román, aunque jamás hubiese llegado ahí. Por milímetros. Y, así es el fútbol, dos minutos después, jarro de agua fría. Gol del Atlético de Madrid ‘B’ en jugada de estrategia. Pinchi en plancha empujaba el balón a escasos centímetros de la línea de gol. Más difícil todavía, pero no imposible. Nunca para Anduva.

Hacer gol rápido tras la reanudación y meterse en el partido. Era el guion a cumplir. Y se ejecutó a la perfección. Con golazo incluido. El de Matheus. Corrían poco más de 10 minutos tras la reanudación y para entonces el C.D. Mirandés había puesto sus cartas sobre la mesa. Dos delanteros –con la entrada de Claudio nada más pitar el colegiado el inicio del segundo tiempo- y a empujar. Vaya que si empujaban. Minuto 55, semi volea de Matheus tras centro de Álvaro Rey. Cogió la pelota cuando aún estaba muy arriba, pero dio igual. Escuadra. G-O-L-A-Z-O. Y a seguir remando. Con la gente, que acompañaba. Gritaba. Rugía. Mordía. Hacía falta un gol más.

Una hora de juego y arreon de ocasiones. Claudio Medina a punto de marcar a la contra de no ser por la mano in extremis de San Román que le sirvió para atrapar un disparo flojito. A la media vuelta otra vez Matheus, contra la muralla. Trallazo descomunal de Álvaro Rey que el meta visitante se sacaba de encima repeliendo como pudo. ¡Un gol más!

Los rojiblancos también empujaban, aunque estaban más preocupados de guardarse atrás porque el 1-1 les valía. A las contras, eso sí, creaban peligro porque un segundo gol colchonero superado ya el minuto 75 podía ser definitivo. Pero el dominio era local, en comunión con su grada que empujaba como nunca. En realidad, como siempre. Con sus jugadores. Y minuto 82, mano en el área. Penalti. ¿Quién cogió el balón? Álvaro Rey. ¿Temblar? Gol. Gol. Gol. Gol. Gol. Gol. Gol. Anduva ardía. En el descuento, el susto. Pero ahí estuvo Limones para parar el mano a mano con Montero tras un despiste en el libre directo. ¡SALVADOR! Como en los momentos que su equipo le ha necesitado durante toda la temporada. Final. Victoria. Clasificados para la segunda elimiantoria. Y que pase el siguiente.