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ACTUALIDAD

CD Mirandés 2 - 0 CD Lugo

Victoria rojilla para salir de los puestos de descenso.

Importantísima victoria del Club Deportivo Mirandés en su duelo frente al CD Lugo. Un partido cargado de intensidad, con un desarrollo muy parejo, en el que la mayor calidad de los rojillos en la definición resultó factor clave para desnivelar la contienda. Iriome , con un gran testarazo, y Txomin Nagore, transformando una pena máxima, se erigieron en los goleadores de la noche, certificando en la segunda mitad una victoria que saca a los rojillos de puestos de descenso. 

El choque inició marcado por la pauta impuesta por el cuadro gallego. Altas dosis de posesión en los primeros compases, la mayor parte en campo propio y divisoria, y mucho movimiento de balón en apertura horizontal tratando de abrir espacios en el ordenado bloque rojillo. El segundo partido en casa de Carlos Terrazas ofreció algunas variantes en el apartado táctico y de ocupantes, con Antxon Muneta como apoyo creativo en mediocampo, e Iriome como interior ejecutando tareas de conducción en carriles centrales, lejos del cometido de desborde habitual por banda. El partido se movía entre el control preventivo del CD Lugo, que gestionaba en posiciones de seguridad el balón, y la presión intensa del Mirandés en zona de creación, con un gran trabajo colectivo en la salida de balón rival y en la conexión con los hombres de ataque del equipo rojiblanco. 

La labor de recuperación y salida rápida comenzó a demostrar sus efectos cuando Pablo, tras robar en plena construcción rival, servía a la carrera de Igor Martínez, para que éste dejase de cara a Iriome que, de duro disparo, probaba los reflejos de Dani Mallo. La premisa era clara: despliegue en la contención, y velocidad en la llegada, aprovechando pérdida contraria cerca de línea de tres cuartos. Si la salida de Martínez suponía el escape a la disciplina general rojilla, enfrente, era Pablo Álvarez quien servia de catalizador para las acometidas gallegas. El ex jugador del Deportivo de la Coruña se mostró incisivo, rápido en carrera, y preciso en sus intervenciones bajo presión rival. Juanjo y Rennella se convertían en sus mejores socios, primero en salida veloz a la apertura de espacios, y después en finalización y uno contra uno en metros finales. 

El desgaste físico del equipo local en su labor de cierre y robo contuvo durante varios minutos el desarrollo del juego de los de Setién, que veían como su control y capacidad combinativa se diluía a partir de la divisoria. Pese a ello, el dominio obligó a los locales a dar un paso hacia atrás, circunstancia que aprovecharon los gallegos para ocupar terreno contrario y aumentar el peligro. Rondando el minuto veinte de juego, Rennella se escapó de Corral tras vencer el duelo por velocidad, pero su disparo, aun potente, se marchaba alto. No iba a ser la última del italiano que, a continuación, protagoniza una nueva escapada velocísima que termina en balón para Peña, y remate final de Pita ante el que Jiménez exhibió seguridad por bajo. El CD Lugo gozaba de sus minutos de mayor control, triangulaciones más precisas, y llegadas de mención tras desbloquear el mediocampo rojillo. Un balón botado desde la derecha por Manu encontraba la cabeza de Pablo Álvarez, y su remate a bocajarro iba a salvarlo in extremis Daniel Jiménez que, ayudado por el palo, salva el gol en la misma línea. Soberbia parada del lebrijano que volvía a cercenar las opciones gallegas. 

La primera mitad llegaba a sus instantes finales con un Lugo crecido, con Renella obligando a la defensa rival a mantenerse fuera de la zona de creación por sus constantes llegadas, y una apoyo del resto de líneas que favorecía el plan de control ,no sólo de la salida y construcción propia, sino también de la combinación y la llegada en pocos toques en la mitad rojilla. El CD Mirandés buscaba sus opciones, eso sí, sin descuidar su orden y rigor tácticos, manteniendo el ejercicio de presión constante sobre balón rival, tanto en la generación, como en el enganche con la punta de ataque, tarea que Álvarez se ocupó de hacer con buen criterio en lo que a último pase se refiere. Pese a todo, mucha igualdad en el control global de ritmos de juego, y dos bloques bien definidos para un partido exigente en lo táctico y lo físico. 

La vuelta de vestuarios trajo renovadas fuerzas para el equipo de Carlos Terrazas, que reenganchó el partido con un planteamiento más agresivo y arriesgado en el planteamiento posicional. Con la tónica sostenida en el primer acto, Igor Martínez rozaba el tanto con un centro envenenado que Mallo, con ayuda del larguero, enviaba a córner para evitar males mayores. La jugada iba a ser el prólogo al primer tanto rojillo. Córner bien ejecutado por Antxon Muneta, e Iriome, cabeceando con astucia en el primer palo, lograba perforar por primera vez la meta gallega. El gol provocó una aceleración en el plan local de ataque y el equipo rojillo intensificó su subida de líneas en campo rival, encerrando al CD Lugo en su mitad, recuperando la iniciativa , y mostrando su mejor versión hasta el momento. 

La ventaja adquirida obligaba a una gestión óptima del resultado, y para reforzar la zona de control, Terrazas daba entrada a Iván Agustín en lugar de Muneta, dotando de más músculo una medular que debía sostener las intentonas por velocidad de los Martínez, Infante e Iriome. La decisión favoreció los intereses locales, y el mayor soporte posicional de los rojillos liberó a los hombres más desequilibrantes de tareas de seguimiento, centrándose en exclusiva en la faceta ofensiva. Pablo, intenso y laborioso durante todo el partido, intentaba una cabalgada en solitario que iba a finalizar con un durísimo disparo que Dani Mallo repele con muchas dificultades. Mismo protagonista a continuación, el centro es de Ríos Reina, e Infante, por centímetros, no llega a conectar de cabeza en el área pequeña el que podría haber sido segundo tanto de la tarde. 

El CD Mirandés lo intentaba sin descanso, y traspasado el ecuador de la segunda mitad iba a llegar la opción de cerrar el encuentro con un punto y final que premiara la mejor disposición y ejecución de los locales. Una gran jugada de Igor Martínez, que obtiene el esférico en campo propio y se lanza a la ruptura de líneas con gran velocidad, acaba, tras envío de Infante, en balón interceptado por mano de defensor lucense en el corazón del área. Penalti claro, sin discusión posible, y de nuevo el cuadro local que amenazaba con finiquitar la misión a falta de poco más de veinte minutos para la conclusión. Nuevo lanzador, Txomin Nagore, y precisión de cirujano con pulso firme para doblar la ventaja colocando el balón en la cepa derecha de un batido Dani Mallo. Dos tantos y una ventaja casi definitiva. 

El gol tranquilizó la exigencias locales, y permitió a los de Anduva una contemporización necesaria en cuanto a los ritmos de partido y su momento de explosión atacante. Las líneas sufrieron una reordenación lógica, y la premisa de tapar espacios para aprovechar el avance rival, iba cogiendo cada vez más fuerza con un doble mecanismo de presión y salida con balón rápido a la espalda. Piezas más juntas, basculaciones más conjuntas, y sólo Goiria y Pablo como elementos de fijación arriba para aprovechar el desplazamiento aéreo. La entrada de Koikili para reforzar la banda izquierda, y la reaparición de Mújika tras recuperarse de su lesión, para servir de doble ariete en punta de ataque sustituyendo a un muy trabajador Igor Martínez, fueron los últimos movimientos destacados en el plantel local. Pablo Infante, en la última oportunidad del encuentro, escapó en velocidad con un rápido eslalon entre varios rivales y con pierna izquierda ajustó en exceso un último balón que se perdía por la línea de fondo tras no encontrar puerta. 

Con el pitido final, Anduva, en fantástico ambiente, premiaba a sus jugadores con un reconocimiento al trabajo bien realizado, al tesón, la entrega y la calidad en zona crítica, lo que permite a los pupilos de Terrazas salir de zona de descenso. Ahora, vista puesta en Barcelona, y siguiente objetivo en búsqueda de la escalada de posiciones en la Liga Adelante.