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PRIMER EQUIPO

Un C.D. Mirandés superlativo merece mucho más en Anduva (1-1)

Los rojillos, que dispararon hasta en 25 ocasiones a puerta por cuatro del rival, tuvieron que conformarse con un empate que llegó en el minuto 87.

Si nos fijamos en el resultado o si lo hacemos en el devenir de los acontecimientos, desde luego, el C.D. Mirandés pareció salvar los cascos de Anduva. Fue por debajo en el marcador y empató en el 87. Sí. Pero antes de todo esto -antes y durante- los de Borja Jiménez hicieron méritos -al menos hasta 25- para firmar la primera victoria del Anduva 2018/19. 25 porque 25 fueron las veces que tiraron a puerta, dos palos incluidos. Y quizás más de 25 si tenemos en cuenta la superioridad aplastante de un equipo que pasó por encima del Barakaldo C.F. hoy. En todo menos en el gol, eso sí. Injusto para muchos, real para otros, lo cierto es que el encuentro acabó con ese 1-1.

Diez minutos de igualdad. Eso es lo que disfrutó un Barakaldo C.F. que se plantó en Anduva a defenderse antes que atacar. Lógico, quizás aún más, después de que el C.D. Mirandés que tenía hoy enfrente venía de hacer cuatro dianas en Durango. Pues sí, la mejoría y superioridad de este C.D. Mirandés volvió a evidenciarse en los 80 minutos restantes. El peligro llegaba por banda, principalmente. Yanis y Álvaro Rey se repartían el protagonismo sin guion aparente. Indistintamente. Pero ambos tenían ganas de aparecer. El primero fue el sevillano, por su carril diestro habitual. Dos, tres regates, bicicleta, dribling, y centro al corazón del área. Sin rematador. Por la izquierda, Yanis imitaba a su homólogo. Sin suerte tampoco. Córners y más córners que metían cada minuto que pasaba más a los vascos en su campo. El mayor susto llegó en el 25, con un remate del propio Yanis que se intercambió los papeles. Pisó área y fue él quien cabeceó un centro de Kijera. ¡A la madera! Durante los últimos 15 de primera mitad nada cambió y Claudio Medina -en punta de lanza- se unió a la fiesta de ‘uys’ sin premio por el momento.

Merecían ir arriba los rojillos en el marcador, pero lo cierto es que los mismos once futbolistas saltaban al campo tal y como lo habían hecho hace justo una hora. 0-0, con 45 minutos menos por delante. A la carga. No era necesario cambiar ni un ápice del planteamiento. Tampoco de sus movimientos, ni siquiera el guion, porque con este, el gol debería llegar. Sin embargo, la realidad seguía siendo la misma: sin goles. Sin suerte Hugo Rama en su zapatazo desde la frontal en el minuto 54. Tampoco Miguel Díaz -en el 71 y recién ingresado al terreno de juego- con un recurso fantástico para tocar con la derecha y empalar de seguido con la izquierda. Contra la defensa. Defensa, defensa y defensa. Siempre la muralla del Barakaldo C.F., cuando no su portero Viorel. Y con el equipo volcado, jarro de agua frío. Gol de Dopi en el mano a mano con Limones.

Parecía el peor guion del fútbol reservado para un C.D. Mirandés superlativo hoy. Y por eso, este equipo se negaba a caer. Sin resignaciones, de nuevo mono de trabajo y a empujar. Entró Matheus, para sumar un segundo delantero, junto a la verticalidad de Yanis y Miguel Díaz. Debía llegar el gol, aunque se hizo esperar. Entre medias: un larguero de Miguel Díaz; un doble remate del estellés y Claudio de cabeza; Sergio González, en una aventura personal hasta el balcón del área con un trallazo desde 30 metros que cogía escuadra…una detrás de otra, pero el surrealismo de no querer entrar reinaba en el caprichoso Anduva hoy. Al final llegó, en el minuto 87, con una semivolea de Claudio que entró como un obús. Pero lo cierto es que supo a poco, a muy poco. En cualquier caso, este C.D. Mirandés no perderá muchos más puntos así.