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PRIMER EQUIPO

Victoria rojilla para seguir creyendo (2-1)

El C.D. Mirandés superó al filial osasunista con remontada incluida para seguir mirando a lo más alto de la tabla.

Había que ganar y se ganó. Puede ser la reflexión de un encuentro, el de esta tarde en Anduva, en el que el C.D. Mirandés cumplió con el guion para recortar dos puntos al líder y aprovechar los pinchazos de sus rivales en la parte alta de la tabla. Pero, igual que el resto de equipos se deja puntos cada jornada, la victoria de hoy no iba a ser fácil. Y, de hecho, no lo fue. Con remontada incluida, eso sí, en definitiva lo importante fue que los rojillos volvieron a presentar sus credenciales al liderato del Grupo II de Segunda B con tres puntos más en esta recta final de campeonato.

Las cosas no iban a empezar nada bien de lo que, tras noventa minutos de partido, acabaron. Y es que el C.A. Osasuna ‘B’ se adelantó en el marcador en los prolegómenos de la contienda, concretamente en el minuto 8, cuando Otegui no iba a desperdiciar un error en la salida de balón de los locales para acabar plantándose solo ante Limones y batir a este por bajo. Tocaría ir a remolque. Pero este C.D. Mirandés ha demostrado jornada a jornada, partido a partido, que tampoco le rehuye la cara a los problemas. No lo iba a hacer tampoco hoy. No lo hizo.

Como si nada hubiese ocurrido, los de Pablo Alfaro siguieron con su plan. Posesión y dominio, como cada fin de semana que rueda el esférico sobre el verde de Anduva. Los pamplonicas no podían estar más satisfechos con ese gol que les permitía limitarse a defender y aprovechar los errores de un equipo, el Mirandés, al que lógicamente le tocaba arriesgar. Sin tiempo apenas para cambios, solo dos minutos después de ese tanto pamplonica, Eloy Gia pudo volver a poner las cosas como habían arrancado, en un balón raso dentro del área que botó justo antes de que este engatillase, por lo que la ocasión se perdió por encima del travesaño. Mandaban los locales con su habitual juego por bandas: derecha con Igor, izquierda con Eloy Gila, mientras Borja se movía por dentro e intercambiaba posiciones con el propio Igor. Fue el propio Borja el protagonista de la siguiente ocasión rojilla. Prácticamente idéntica a la de Eloy, pero con Cervero como asistente; el disparo se perdió pegadito al poste.

Las cosas se ponían aún más complicadas con las lesiones tempraneras de Eloy Gila y Melli. Ambos jugadores abandonaron el rectángulo de juego antes de la media hora de partido, dando entrada a Pito Camacho -el equipo cambió el dibujo para jugar con dos delanteros- y Bruno Rivada. Al delantero recién ingresado le costó apenas dos minutos regalarle la estampa a Gonzi, el protero osasunista, que tuvo que hacer un auténtico paradón para evitar el empate en el cabezazo de Pito Camacho.Rondaba el gol rojillo y finalmente llegó. Fue desde los 11 metros -Cervero a los mandos como reconocido especialista- tras señalar el colegiado la pena máxima al caer derribado Paris después de cazar un pase milimétrico al hueco de Antonio Romero, que vio el desmarque del lateral. Con 1-1 se llegaría al descanso.

Tras la reanudación, el domingo del C.D. Mirandés se fue haciendo cada minuto más y más evidente. Al C.A. Osasuna ‘B’ podría parecer que le valía el empate. Sin duda, se conformaba. Pero los rojillos querían más. No cesaron en su empeño y, aunque las constantes interrupciones ralentizaron un poco el ritmo de partido, las ocasiones locales se fueron sucediendo.Por bandas y en jugadas combinativas o de disparos lejanos que muchas veces acababan en córner despejados por la zaga, con la consiguiente ocasión a balón parado. Romero lo intentó desde la frontal en varias ocasiones, también Undabarrena e incluso Kijera. Sin fortuna. Por el suelo y en pocos toques, Cervero y Pito a punto estuvieron de materializar una jugada de tiralíneas que no acabó fructificando. El delantero almeriense se hubiese quedado solo ante el meta.
Corrían los minutos sin premio rojillo y, a la contra, el C.A. Osasuna ‘B’ amagaba con querer lanzarse a por el partido. Pero ahí estaba Limones para rechazar con la pierna abajo un disparo por el pico del área de Javi Martínez. Y aunque hubo que esperar hasta 15 minutos antes de la conclusión, el júbilo llegó a Anduva con el segundo de Cervero que significó, a la postre, los tres puntos para el C.D. Mirandés. Peláez en la presión roba un balón peligrosísimo en el balcón del área y sirve perfecto para, quién si no, el pichichi rojillo, que puso el balón en la misma escuadra. Gol marca de la casa.

El electrónico pudo ser más abultado de haber entrado alguna de las últimas ocasiones de las que gozó Pito, con el partido ya roto y espacios para correr detrás de la defensa. No entraron y, en cualquier caso, la victoria fue de Anduva para creer más que nunca en el asalto al liderato del grupo, cada vez más cerca.