Y llegó el triunfo. Merecido. También lo fue en anteriores ocasiones. Pero hoy llegó. De manera plácida, además, hasta los minutos finales en los que el C.F. Fuenlabrada se encontró con un solitario gol y quiso apretar hasta el empate. Sin tiempo. Antes, Marcos André y Merquelanz habían puesto tierra de por medio. El brasileño nada más iniciar. El de Irún para sentenciar en el 82. Nteka hizo el de los madrileños. Al final, 2-1.
Arrancaron los rojillos dominantes. Y con premio. Minuto 8, transición defensa ataque. Contrataque de libro. Guridi para Íñigo Vicente, este para Marcos André y el delantero con la izquierda a la misma escuadra. Imposible para Biel Ribas. Tres toques para montar la contra. Y gol. 1-0. El partido se igualó entonces. Al menos en lo que a dominio de balón se refiere. Ahora era alterno. En el minuto 25, Limones tuvo que emplearse al máximo en un disparo de José Fran que mandó a córner con una providencial mano firme arriba. Eran los momentos de más agobio en área rojilla, principalmente ante la amenaza que supone el Fuenlabrada a balón parado. Pero también aquí supieron jugar los de Iraola. Jugar y sufrir.
Tras la reanudación, susto en la portería del Fondo Norte, donde se alojaron los pocos aficionados visitantes que arroparon a su equipo hoy en Anduva. Martillazo con la testa de Nteka en otro córner y balón al larguero, que hizo temblar toda la portería. Y en área contraria, respuesta inmediata. Pudo ser la sentencia, pero esta vez Marcos André falló lo fácil después de haber metido ya lo difícil. Empujó casi en área pequeña un balón en el segundo palo que se marchó por encima del larguero.
Corrían los minutos sin que el C.D. Mirandés viese peligrar el resultado. El Fuenlabrada trataba de percutir, pero los rojillos estaban tan bien plantados que era difícil hacerles daño, salvo a balón parado. Tampoco así parecía que llegase el tanto de la igualada. Y, a ocho de cumplirse el tiempo reglamentario, el que llegó fue el de la sentencia. Ahora sí. Merquelanz centró una falta lateral que parecía eso, un balón colgado, pero que acabó colándose por la derecha de la portería de Biel Ribas al que le despistó el fallido remate de la maraña de jugadores en el área. Fue gol de falta, otro más para el de Irún esta temporada.
El marcador quedó ensuciado por un solitario gol de Nteka en el minuto 92 que disparó a placer en el balcón del área sin que ningún jugador rojillo llegase a taponar. Pero, lo importante fueron los tres puntos, que se quedaron en casa.