CD Lugo 1-0 CD Mirandés
El Club Deportivo Mirandés caía derrotado por un gol a cero en el Anxo Carro y consumaba su descenso a la Segunda División B. El tanto de Pita llevó a los de Carlos Terrazas a un partido de urgencias en el que las grandes intervenciones del meta local José Juan dieron al traste con todos los intentos de los rojillos por igualar el electrónico.
El choque arrancó medido entre dos conjuntos bien asentados en el campo y con respeto mutuo en lo que a los avances se refiere. Mucho en juego en el Anxo Carro y primeros minutos de juego posicional con búsqueda constante de los espacios en zona medular, y tráfico intenso en la circulación entre mediocampistas.
Por parte local, era el italiano Renella quien buscaba con intensidad la apertura entre centrales rivales en los primeros compases. Buenos movimientos entre líneas del atacante y envíos medidos a la incorporación de efectivos laterales, lo que obligó a la defensa rojilla a emplearse al máximo para abortar las llegadas, sobre todo, por banda izquierda. En el lado rojillo, la construcción del juego se realizaba de manera ordenada, con Muneta y Garmendia en el eje de creación de juego, y tres hombres en punta de lanza para aprovechar los balones filtrados al espacio por la línea de enganches.
La primera gran ocasión del partido llegaría en botas de Pablo Infante, quien, aprovechando una cesión cometida por el meta local José Juan, probaría fortuna con un lanzamiento colocado, aunque desviado a la derecha del meta. Primer aviso, y el Mirandés que daba un paso adelante en el control del partido.
El conjunto de Terrazas aumentaba su presencia en campo rival y con buen criterio en la construcción encerró al rival en campo propio, dominando la posesión del esférico y buscando inaugurar el marcador con disparos desde larga distancia como el de Antxon Muneta, que salía rozando el larguero. El CD Lugo, obligado a salir de su terreno, mantenía las esperanzas de avance en la pareja Renella-Pita, los más activos en la generación de espacios y búsqueda de espalda rival. Era Pita quien en un pase preciso, acercaba el tanto a la meta de Jiménez con un balón bombeado que Pablo Álvarez no lograba engatillar en su media tijera desde la frontal.
Los rojillos buscaban la llegada en balón largo a la carrera de Infante, con buena participación en labores de construcción, acercando posiciones al enganche. Labores de arrastre para sacar de sitio a los defensores rivales y buena incorporación interior de Asier Goiria en desmarques de ruptura intentando el desequilibrio en el eje de centrales.
Con buena circulación, pero dificultades en la concreción en metros finales, la primera mitad se diluía con dos equipos reservando fuerzas de cara a una segunda mitad de tensión en el feudo rojiblanco.
La segunda mitad, sin cambios en ninguno de los dos onces , arrancaba entre dos conjuntos que poco a poco iban buscando con más ahínco la ruptura en balones cruzados hacia ambas bandas. Con Infante y Pablo Álvarez como hombres más incisivos, el juego horizontal desplegado en retaguardia, se veía contrarrestado con los intentos en conducciones verticales e incorporaciones laterales en busca del desborde.
Los de Carlos Terrazas adelantaron líneas y buscaron asociación acumulando efectivos en línea de tres cuartos. El movimiento de balón en busca de la amplitud de campo permitía a los rojillos dominar una posesión que, si bien, restaba opciones de ataque al cuadro lucense, no terminaba por finalizar en ocasiones claras de gol en las inmediaciones del área local. Con intención de encontrar los espacios en la defensa gallega, Terrazas daba entrada a Igor Martínez en lugar de Iriome, y aumentaba el potencial ofensivo en zona interior.
Pese al mejor papel desarrollado por el Mirandés hasta el momento, sería el Lugo quien lograría adelantarse en el marcador. Córner botado desde la derecha, el balón que se pasea por el área, y Pita en el segundo palo remacha a la red sin dudar. Palo para los rojillos que veían como el mejor juego no se veía reflejado en el marcador, obligados a remar contracorriente.
Volvía a moverse el banquillo visitante, en este caso, con la entrada de De Cerio en lugar de Asier Goiria. Nuevo delantero y más pólvora en ataque para buscar un empate salvador. El Mirandés apretó el acelerador y las ocasiones de gol iban a sucederse hasta el final. Primero Pablo, de falta directa que atrapa el meta, y después Koikili, en un remate a bocajarro que saca el portero bajo palos en otra magnífica intervención, separaron a los rojillos de una igualada buscada con desesperación.
Lo seguía intentando el Mirandés, pero era la tarde de José Juan. El meta sacaba un disparo a bocajarro de Muneta desde la frontal, y a continuación blocaba en estirada de foto un testarazo de Lucena. Con el tiempo casi cumplido, De Cerio lograba marcar el tanto del empate, pero era anulado por fuera de juego. El pitido final señalaba la conclusión del choque, y con ella, el descenso del CD Mirandés a Segunda División B.
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