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PRIMER EQUIPO

Derrota por la mínima en Urritxe (1-0)

Los rojillos acusaron demasiado el cansancio de Copa y fue un querer y no poder ante un Amorebieta que no hizo méritos para ganar.

Derrota. Después de meses. No caía el C.D. Mirandés desde El Sardinero. Hoy lo hizo. Más por culpa del cansancio que por méritos del rival. A la SD Amorebieta le sirvió un balón largo de su portero y un disparo cruzado de Sobrón. 1-0. La segunda parte apretaron los visitantes para al menos empatar. Pero cuando las piernas no responden como quieres, es más un querer y no poder.

Se puso muy cuesta arriba desde el inicio. Gol en el minuto 5. Patadón largo del meta, Joan Ander, Soberón consigue hacerse con el control del esférico y la cruza al palo largo. La SD Amorebieta mandaba con más ambición que su rival. Seguro que también con más pilas. Se notaba. Mucha más intensidad en los locales que venían de una semana de descanso. El CD Mirandés, bastante corto de fuerzas con menos de 24 horas desde su llegada a Miranda de Ebro tras ganar la Copa RFEF y el pitido inicial del encuentro de hoy. Pese a la superioridad, apenas una ocasión clara de los vizcaínos más allá del gol. Ahí estuvo Limones, el de siempre, para sacar la mano abajo al disparo de Tascón. La mejor del Mirandés en esta primera mitad: Matheus. Su disparo raso desde el pico derecho del área se marchó rozando el palo largo en el minuto 43.

De menos a más. Los rojillos acusaban y mucho el cansancio. No era un CD Mirandés reconocible porque quería -y lo demostraba- pero no podía. De cualquier modo, los segundos 45 minutos fueron rojillos. Y no solo por posesión. Por dominio. Por empuje. Y también por ocasiones. Melli avisó con un voleón de izquierdas a la caída de un saque de libre directo. Con su pierna mala, se fue alto. Dos minutos después, en el 64, el protagonista era Jon Ander. Tenía que hacerle un verdadero paradón a Claudio -recién ingresado al partido- que enganchó un cabezazo un poco más flojo de lo que le hubiese gustado. Otros dos después era Kijera quien se sumaba al carrusel de ocasiones con un zurdazo desde más allá del balcón del área. Arriba. El carrusel de cambios en ambas escuadras frenaba un poco el ritmo del partido. Y ya para los últimos diez minutos, faltaba definitivamente gasolina. Aún con todo Claudio siguió dando quebraderos de cabeza a la defensa, pero sus disparos se estrellaban con la muralla defensiva. No hubo premio esta vez.