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ACTUALIDAD

La primera victoria de Anduva (2-1)

El equipo mostró su capacidad de reacción en un encuentro que se puso pronto cuesta arriba y acabaron remontando con el tanto de Mario Barco en el 88.

Llegó la primera alegría para la parroquia rojilla. En su templo, como no podía ser de otra manera, Anduva vivió la primera victoria del curso. Sufrida. O más bien, peleada. Merecida, también. El caso es que el 2-1 final ante el Real Oviedo sirvió para certificar el primer triunfo del curso 2019/20 y sumar más tres al casillero de liga, actualmente en cuatro puntos.

Las cosas no pudieron empezar peor. Minuto 9, error en la salida de balón desde atrás y Orruño no perdonaba. En el mano a mano ponía el balón al resguardo de la red. Ajustado. Gol. Tocaba remar. Mono de trabajo y a reaccionar. La verdad es que, no solo por el gol, al C.D. Mirandés le costó entrar al partido, pero una vez lo hizo igualó las fuerzas de los asturianos. De nuevo con pelota. El equipo de Iraola juega cómodo con balón, con un fútbol atractivo y vistoso, siempre partiendo de la posesión. Hoy, el premio parecía encontrarlo por bandas. Ensanchando el campo, con Álvaro Rey por un flanco y Merquelanz por el otro. Y Álvaro Peña por dentro. También este llevó peligro y se asoció en infinidad de ocasiones por la banda diestra con Álvaro Rey. Sin embargo, el protagonista del gol estaba en la izquierda. Ambos dos. Kijera se pegó una carrera de 20 metros hasta ganar línea de fondo. Puso el balón atrás y Merquelanz se encargó de transformar. Minuto 33, todo igualado de nuevo y así se llegaría al descanso.

De menos a más. Tras el paso por vestuarios, los rojillos siguieron creciendo. Dos disparos lejanos, de nuevo Merquelanz y Álvaro Rey, inquietaron a un Nereo que tuvo que emplearse para aguar la fiesta. En el minuto 64, nuevo giro al encuentro. Roja directa a Bolaño por una acción peligrosa con Álvaro Rey. Los rojillos jugarían casi media hora en superioridad numérica. Sin embargo, este nuevo plan de partido hizo que desaparecieran los huecos que, hasta ese momento, sí estaban encontrando. El Real Oviedo se cerró atrás y parecía infranqueable. Corrían los minutos sin cambios en el marcador. Sí en las fichas. Le tocaba mover a Iraola que metía a Mario Barco por Merquelanz para poblar de mordiente el área rival. Empujaban. Vaya que sí empujaban los de casa. No querían el empate, querían la victoria. La que a la postre conseguirían. Precisamente en botas de Mario Barco. Rechace de Nereo en el balcón del área. Pelota sin dueño. Mario Barco cerca. Prepara el cañón. Conecta. Derechazo. Es gol. Minuto 88, la sentencia final. Victoria en Anduva. La primera de muchas.