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PRIMER EQUIPO

Primera derrota de la temporada en Anduva (1-2)

Los rojillos dominaron la primera mitad, pero se relajaron en la segunda y dos goles a la contra sirvieron para que el CD Vitoria remontase el partido.

Dolorosa. Por ser la primera. Sufrida. Porque llega en el peor momento. Pero aleccionadora. Porque les hará más fuertes. El C.D. Mirandés, que piensa ya más en el playoff que en la liga regular, dominó a su antojo al CD Vitoria en la primera mitad, pero un exceso de relajación con el gol de Álvaro Rey como ventaja, no fue la mejor manera de afrontar una segunda mitad en la que el equipo Vasco aprovechó dos contras para remontar. Después, un penalti a la madera además de otras tantas ocasiones no se transformaron en lo que, seguramente, hubiese sido un marcador más justo. 

Primera mitad completamente dominada por los rojillos. De principio a fin. Apenas un acercamiento de los visitantes y tímidos disparos con poca confianza. La más clara, en el 44, la tuvo Xesc en área pequeña con un disparo que se marchó alto. Para entonces, el C.D. Mirandés ya iba por delante. Álvaro Rey, en el 32, con una galopada que dejó atrás a su par y, ya con el meta frente a frente, definió brillante. Antes, podía haber marcado también Romero, que se asomaba con peligro a zonas de disparo y un trallazo en el minuto 23 obligó a Jonmi a atajar en dos tiempos. Claudio, a la media hora de juego, también gozó de su oportunidad, con un derechazo de volea por encima del larguero. Valió el que entró, eso es, el de Álvaro Rey, que dejó a los suyos con ventaja camino de vestuarios.

Todo cambió tras el descanso. Mitad relajación, mitad mala suerte. Quizás. El caso es que el Vitoria se lo creyó. Y muy pronto además. En el minuto 49, Obieta no perdonó un error en circulación en medio campo que acabó con una salida in extremis de Limones para intentar salvar el mano a mano. El delantero le regateó y marcó desde 40 metros a puerta vacía. Y casi antes de que a los rojillos les diese tiempo a reaccionar, el segundo. Córner a favor del C.D. Mirandés que acabó con una contra de manual. De lado a lado, hasta el borde del área rojilla. Uno para uno con el portero y definición de Jaime por abajo a la red. Ahora sí, urgían las prisas.

Tocaba remontar un partido, a priori, plácido. Lo había sido durante 45 minutos y los rojillos habían demostrado ser mejores, pero la intensidad les había matado en los viente posteriores. Aún así, había tiempo. Y potencial para hacerlo. Rodrigo avisaba en el 73 con un zapatazo al muñeco. Mismo destino tenían los disparos de Matheus, en este caso al lateral de la red, primero; y a las nubes después, tras lanzarse en plancha en el segundo palo demasiado forzado. Otro paradón de Jonmi, de nuevo Rodrigo, en el minuto 79, privaba del empate a los locales, invictos hasta hoy en su Anduva. Querían seguir estándolo. Luchaban porque así fuese. Pero hoy no entraba. Ni de penalti. La madera le privaba del doblete a Álvaro Rey desde los 11 metros. No, no iba a entrar. Era todo por hoy.