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PRIMER EQUIPO

Tablas en un encuentro de mayor categoría en El Requexón (1-1)

El encuentro fue de un ritmo vertiginoso y el C.D. Mirandés acabó mejor que su rival con ocasiones para haberse llevado tres puntos.

La previa del encuentro invitaba a pensar en un choque de playoff. Y no defraudó. Rojillos y azulones demostraron por qué están donde están en la tabla y El Requexón vivió un encuentro de mayor categoría. Ritmo endiablado, ocasiones por ambos bandos y, al final, empate a uno. Hugo Rama hizo el del C.D. Mirandés con un disparo de falta magistral, mientras que Roberto firmó el del Real oviedo Vetusta.

Arrancó el partido con el típico tanteo de dos conjuntos parejos -solo separados por dos puntos-, con miedo a no perder lo que había arrancado, lógicamente, empatado. Fueron diez minutos, por tanto, de tímidos acercamientos a las áreas y de mucho golpeo largo a la espalda de las defensas. Sin arriesgar en las combinaciones. Sin pases comprometidos. Solo empuje. Aunque con lo que no contaban, seguro, los locales era con el golpeo magistral de Hugo Rama. Aún con Lezama en la retina, el mediocentro gallego lo volvió a hacer. Desde un pelín más cerca, quizás. ¿25-30 metros? ¡A la escuadra! Se inauguraba así el marcador en el minuto trece, aunque poco duraría la alegría en el bando visitante. Solo siete después, Roberto se encargaba de aguar la fiesta al empatar la contienda. El Real Oviedo Vetusta demostró reponerse pronto del mazazo, algo que pilló desprevenido a un C.D. Mirandés que sufría tras la igualada. Limones tuvo que aparecer para pasar sin encajar el mal momento de los suyos. Evitó el segundo de Roberto con una gran mano abajo para mandar a córner el disparo ajustado al palo corto. Y al filo del descanso también estuvo atento para, esta vez por arriba, mandar a córner el trallazo de Javi Mier.

La salida de vestuarios nada tuvo que ver con cómo acabó el primer tiempo. Trancurridos, de nuevo, los minutos de tanteo, el C.D. Mirandés demostró mayor valentía por ir a por los tres puntos. Sin demasiadas ocasiones -tampoco apenas ninguna del Real Oviedo Vetusta-, pero sí con el peso del partido. Con la posesión. Con el control del balón. Los de Borja Jiménes eran capaces de combinar por dentro y arriesgar en balones filtrado para llegar a posiciones de peligro. También por bandas, especialmente por la de Paris, estiraban el campo en busca de espacios. El lateral protagonizó dos o tres subidas marca de la casa en las que, esta vez, sus habituales pases de la muerte se encontraron con los despejes de las ayudas locales, que parecían conocer la jugada favorita del propio Paris. La gran ocasión llegó en el minuto 69, con un buen balón al espacio para Matheus -peleándose con todos como siempre en punta de lanza- en la que condujo para escorarse y abrirse espacio. Trallazo de derechas y…¡al palo! El balón rebotó como un obús y privó del segundo gol -merecido- a los rojillos. No se movía el marcador y los minutos corrían sin piedad. Ni rastro del Real Oviedo Vetusta más allá de algún balón a la espalda de la defensa o centros laterales en jugada de estrategia, siempre bien solucionados por la zaga visitante. Y en el 84, de nuevo el ‘uy’ para los rojillos. Hugo Rama voleó desde dentro del área la segunda jugada tras el córner y ese balón, que iba para dentro, de nuevo se topó con la muralla. Era el minuto 84 y -aún con seis y los tres de descuento por restar- aunque no lo sabían, esa sería la última ocasión del C.D. Mirandés para llevarse los tres puntos tras una segunda mitad en la que realmente lo mereció.