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PRIMER EQUIPO

Un punto de orgullo ante la adversidad (2-2)

Los rojillos empataron de penalti en la última acción del encuentro, tras disputar los últimos minutos del mismo con un hombre menos sobre el césped.

Orgullo. Orgullo de un equipo que volvió a sobreponerse, con el marcador en contra y un hombre menos sobre el césped, tras la expulsión de Antonio Sánchez a falta de 10 minutos para el final, a todas las adversidades habidas y por haber para volver a sumar en casa. En Anduva. Ante la U.D. Almería.

Con sufrimiento, tensión y un altísimo nivel de exigencia, los rojillos consiguieron el merecido premio del empate en la última jugada del partido y desde los once metros. Merquelanz era quien transformaba con una tranquilidad que sólo él era capaz de contener en medio de toda la vorágine de nerviosismo que rodeó el final de partido en campo, banquillos y gradas.

Un punto que permite sumar 49 ya en la tabla, frenar la mala racha de resultados y volver a demostrar que la capacidad de resistencia de este equipo es infinita. Una vez más.

Porque si las bajas en defensa ya suponían un importante reto para los de Andoni Iraola, con Carlos Julio debutando como central acompañando a Sagnan en una improvisada pareja de centrales, encajar a los 19 segundos de partido no ayudaba nada. Vada marcaba el 0-1 sin apenas empezar a jugar.

Había que reaccionar. Y lo intentaron los rojillos en una acción de Alexander González que, sumado al ataque, golpeó fácil a las manos de Fernando en la primera acción ofensiva de los locales.

El balón largo se convertía en la mejor solución de los visitantes. Que buscando la carrera de Darwin Núñez, lograba sorprender a la defensa local y plantarse en hasta dos ocasiones frente a frente con Raúl Lizoain. La primera la evitaba Carlos Julio bajo palos. La segunda se iba fuera por poco.

Malos presagios que, sin embargo, contrarrestaron con la eficacia rojilla en una acción en la que Merquelanz conectaba con Guridi y el 23 mandaba a guardar para hacer el empate. Uno a uno.

Una igualada que no servía para cambiar la inercia del partido. La U.D. Almería llegaba con demasiada facilidad a la portería rojilla. Obligando a intervenir a Raúl Lizoaín para evitar un segundo gol que llegaría al filo del descanso en una acción que acababa resolviendo Corpas en el segundo palo.

El parón sirvió para corregir errores y recomponerse. Antonio Sánchez ocupaba el lugar en la zaga que dejaba Carlos Julio para regresar a su zona habitual por la derecha. Y poco a poco el equipo fue encontrándose más cómodo sobre el verde. Aunque costaba llegar a la zona de peligro.

La expulsión del propio Antonio Sánchez a falta de pocos minutos para el final por una doble amarilla consecutiva, añadía más adversidades a un partido que ya estaba difícil, pero que, por contra,  sirvió de estímulo para un equipo que se volcó al ataque encontrando las mejores ocasiones de la tarde.

La tuvo Matheus en un balón que sacaba Fernando con el pié. La tuvo Modibo con un remate que se iba alto. Y al final, en un embotellamiento que invitaba a pensar en el empate, llegaría el derribo sobre Mario Barco que marcaría el final del choque en Anduva.

El riojano caía a la salida de un córner y tenía que ser inmediatamente atendido al ver cómo el hombro se le desencajaba entre gritos de dolor. Merquelanz empataba desde la pena máxima y ponía fin a un partido de mucha intensidad. Dos a dos.