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PRIMER EQUIPO

Victoria para cerrar el año (0-2)

La solidez defensiva y un doblete de Claudio cierran el año de un C.D. Mirandés con 36 puntos a falta de un encuentro para cerrar la primera vuelta.

Faltaba la guinda al pastel. Una más. Sería la tercera consecutiva. Y lo fue. Diez de doce. También. Y el C.D. Mirandés cierra el año 2018 con 36 puntos a falta de un encuentro para concluir la primera vuelta de la temporada. La víctima hoy fue el C.D. Vitoria. El verdugo: Claudio Medina. Doblete. Los dos de cabeza. La que no pierden de vista los rojillos que se marchan a Navidad tras recortar cuatro puntos en dos partidos al Real Racing Club. Esto es muy largo.

El encuentro arrancó falto de ritmo. Los locales no querían la pelota, pero tampoco dejaban jugarla a su rival. El juego se limitaba a balones largos sin sentido desde la defensa y, los rojillos a construir. Cierto es que la presión inicial del C.D. Vitoria ahogó la salida rojilla. Hasta que duró la gasolina, claro. Fueron así veinte minutos sin ocasiones. Hasta que una buena maniobra de Matheus terminó por arrancar de verdad el encuentro. Giro de tacón para dejar a dos rivales buscando aún la pelota y quizás demasiado generoso. Pudo continuar y chutar él, pero sirvió a un compañero y la jugada se alargó demasiado. Pasó el peligro.

Solo un minuto después, en el 21, Claudio cogió el testigo de su pareja de baile. Peinada del propio Matheus que dejó solo al de León. Tan solo que pareció no creérselo y disparó al muñeco. Tendría tiempo para resarcirse. Cumplida la media hora de juego llegaron, de nuevo, dos consecutivas. Un centro demasiado largo de Yanis al que no llegó un Matheus solo sin marca y un balón muerto en área pequeña que estuvo cerca de sobrepasar la línea de gol, pero el defensa llegó antes que ningún jugador rojillo. Descanso.

Los segundos 45 minutos arrancaron dubitativos para los intereses visitantes. Si bien en los primeros minutos el guion de partido parecía seguir siendo el mismo -y vestía de rojo-, pronto los locales sorprendieron a los de Borja Jiménez. Un C.D. Vitoria valiente, hasta el momento inexistente, adelantaba líneas y llegaba con cierta facilidad. Dos córners consecutivos -aunque sin peligro- desnivelaban el segundo tiempo en favor de los vascos. En el 59, Kijera se lanzaba al suelo para evitar ya en área pequeña el remate visitante en boca de gol. Un oasis en el desierto que cambió cuando el C.D. Mirandés volvió a encontrar a sus jugadores de medio campo para mover el balón y a la vez a su rival.

Dos necesitaron. Dos porque a la segunda entró balón y jugador. Porque si tenía que entrar uno, hasta la cabeza podía jugarse Claudio. Se la jugó. Y marcó. Un minuto antes, también en un córner, Moya le arrebataba la autoría de ese primer gol a Cerrajería con un paradón a una mano. La segunda también la paró, pero la tercera, en el rechace, era ya pedir demasiado. Gol para el C.D. Mirandés.

El control del partido volvía a ser de los visitantes. El C.D. Vitoria, además, ahora arriesgaba y con espacios aún pudieron llegar más. Llegaron. Llegó. Aunque tardó hasta el minuto 83. Avisó Romero desde el libre directo cinco antes, con un disparo de volea tras el rechace de la barrera que se marchó lamiendo el poste derecho. Se quedó con ganas el sevillano, aunque tuvo que conformarse con la asistencia. No se le dan nada mal. Pelota en la banderín diestro. Golpeo de rosquita. Cerradito. Fuerte. Tenso. Al primer palo. Cabezazo y gol. Claudio. Otra vez. ¡Inapelable a la escuadra contraria! Partido finiquitado y feliz navidad.