Demasiado castigo para un esfuerzo de mérito (1-0)
El gol de penalti de Ortuño impidió a los rojillos sumar en su visita al Carlos Tartiere, pese a cumplimentar un buen partido en Oviedo.
Sin gol no hay paraíso. Los rojillos no lograron perforar la portería defendida por Lunin y cayeron derrotados en la visita al Estadio Carlos Tartiere por la mínima ante el Real Oviedo.
Los de Andoni Iraola se fueron sin premio en un partido en el que merecieron más, pero del que no pudieron sumar, tras el gol desde los once metros de Ortuño justo al filo del descanso.
Avisaba Andoni Iraola en la previa de las virtudes del conjunto asturiano en su fortalecida línea defensiva. “Conceden muy poco atrás”, reconocía el técnico vasco. Y lo cierto es que el equipo dirigido por el “Cuco” Ziganda se mostró muy solvente y ordenado atrás, concediendo muy poquitos huecos al ataque mirandés.
Marcos André fue el principal hacedor de los rojillos en la primera mitad, encarando y buscando la rotura defensiva con su habitual descaro. En una de esas acciones se dirimía una de sus mejores acciones, en un recorte y golpeo que se marchaba desviado. Antes, en el minuto 3, Álvaro Rey ya había dado el primer aviso con un potente disparo que despejaba Lunin.
Sin embrago, en lo que parecía un partido de ligero dominio visitante, se desbarató al borde del descanso en una acción sin aparente peligro, en la que Álvaro Peña pisaba lo suficiente a Ibra para hacer penalti. Ortuño sería el encargado de anotar el único y definitivo tanto del partido.
Porque en la segunda mitad los locales consiguieron neutralizar las intentonas rojillas. Que coincidieron con la entrada al verde de Matheus y Joaquín. En una clara apuesta al ataque de Andoni Iraola. No quedaba otra. Había que buscar el empate.
Así llegarían las ocasiones más claras. La primera con un remate de Crisetig que lograba quitarse de encima Lunin con algún que otro problema. Después con un balón magistral que ponía Alexander al segundo palo y que Marcos André no lograba remachar en boca de gol.
Y en medio de toda esa declaración de intenciones, la nota negativa de la tarde con el golpe frontal entre Limones e Ibrahima, que obligaba al guardameta de Daimiel a tener que abandonar en camilla tras el fuerte impacto. Le sustituía Lizoain.
Tras la interrupción el C.D. Mirandés seguía su plan y, como siempre, apretaba hasta el final en busca del empate. Enfrente un Real Oviedo que defendía con uñas y dientes tres puntos de gran valor para escapar del descenso.
Al final, en pleno embotellamiento rojillo, no se movió el marcador y el C.D. Mirandés se va sin premio del Carlos Tartiere en un encuentro en el que, seguramente, mereció más.
Toca seguir y pensar en Fuenlabrada. ¡Seguimos!