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PRIMER EQUIPO

Anduva tiene la última palabra (2-1)

Derrota con honores en la ida de semifinales de la Copa del Rey y eliminatoria muy abierta para la vuelta en Anduva.

El feudo rojillo decidirá el devenir copero de un C.D. Mirandés que volvió a creer hasta el final para caer con honores ante la Real Sociedad (2-1) y traer la eliminatoria viva a Miranda para la vuelta.

El Reale Arena volvió a presentar una entrada impresionante, con 35.000 gargantas (de las que más de mil eran rojillas) alentando a los jugadores y calentando una ida de semifinales que tras los 90 minutos sigue muy viva para la vuelta.

Y eso que a los 8 minutos Oyarzabal transformaba una discutible pena máxima para adelantar a los txuriurdines y poner muy de cara el partido para los locales. Sin embargo, tener al C.D. Mirandés delante no permite acomodos. Y el gol, lejos de abrir distancias entre ambos conjuntos, sirvió para estimular a los de Andoni Iraola, que, tras el golpe, se levantaron sin pestañear.

A partir de ahí llegaron los mejores minutos del equipo. Presión alta, convicción y mucho compromiso para llegar hasta los dominios de Remiro buscando el empate. Con Antonio, Guridi y Malsa filtrando balones desde la medular, y con Matheus, Merquelanz y Álvaro Rey muy atentos buscando su espacio para aprovechar los envíos.

El preludio del gol del empate llegaría con un balón que Matheus no conseguía aprovechar tras dos recortes previos al borde del área. El uy se gritó entre los más de mil rojillos que acompañaron al equipo en las gradas del Reale Arena. Y minutos después, de la ocasión perdida se llegó al empate.

Matheus volvió a erigirse como el duende del gol de esta copa, seis goles lleva el brasileño, aprovechando un gran balón para recortar en área y mandar la pelota ajustadita al palo, haciendo imposible la estirada de Remiro para detener el balón. 1 a 1.

La alegría no duraría mucho. Tres minutos después, Odergaard remachaba a la red un balón que había repelido por dos veces Limones antes de tocar la red. Era el minuto 42. 2 a 1 y a vestuarios.

Tras la reanudación nada se movió. El partido fue perdiendo presencia en las áreas y el juego directo se fue imponiendo sobre el verde. La entrada de Willian José en las filas realistas condicionó el juego de los de Imanol Aguacil, que tuvieron el tercero en las botas de Portu, pero Limones se impuso en el mano a mano.

El susto sirvió para que la zaga rojilla echase definitivamente el candado, concediendo muy poquito más al ataque donostiarra. Y con trabajo, compromiso y mucha fe, el C.D. Mirandés sacó un resultado que permite soñar en la vuelta.

Ahora la pelota cae sobre Anduva, y en Anduva todo es posible.