CRÓNICA | El CD Mirandés vuelve a sumar a domicilio

Empate y reparto de puntos. Justo a merced de lo visto sobre el terreno de juego del Iberostar Estadio, donde R.C.D. Mallorca y C.D. Mirandés se encontraban esta tarde en la trigésima jornada de Liga Adelante con objetivos bastante dispares. Al final, un punto para que los bermellones sigan alejando puestos de peligro y otro para que los rojillos no pierdan de vista las posiciones de playoff.

El encuentro, contra todo pronóstico ya que no suele ser algo habitual para el espectador rojillo, arrancaba con un ritmo pobre, quizás algo que interesaba a los locales para evitar un desgaste temprano ya que venían de disputar entre semana el partido aplazado frente a la S.D. Huesca. Los de Carlos Terrazas, no estuvieron demasiado preciosos en las combinaciones como para aumentar ese ritmo de juego que gusta al preparador bilbaíno para buscar constantemente la portería rival. Así pues, el guion era más beneficioso para unos locales que no sufrían en un arranque sin ocasiones y tampoco les preocupaba no genrarlas. Ortuño iba a ser el primero en disparar entre los tres palos, pero no lo haría hasta el minuto 14 y sería un remate manso, más bien para probar a un Raúl siempre bien colocado que atajaba sin problemas.

El encuentro seguía sin coger velocidad. Las bandas de uno  y otro conjunto no rompían por los laterales y el juego interior no tenía profundidad para llegar a los metros finales con el balón controlado. Con el paso de los minutos, los mallorquines se sentían más cómodos y cogían más peso en la posesión del esférico. Una posesión más bien testimonial pero que, en el minuto 21, les iba a valer para protagonizar la primer ocasión clara del encuentro en la que Raúl corrió en horizontal para leer el pase atrás dentro del área y llegar a tapar con los pies para mandar a córner el remate de Ortuño. Fue la única oportunidad de verdadero peligro que, eso sí, bien podría haber entrado y poner a los locales por delante en el marcador sin apenas merecerlo por la igualdad vista. Y efectivamente, esto sería lo que pasaría tan solo diez minutos después en otra jugada aislada que desencadenó finalmente en el 1-0 obra de Ortuño, que elevaba lo justo el cuero para salvar la salida de Raúl. El tanto adelantaba en el electrónico a los de Fernando Vázquez, pero el guion del partido no iba a cambiar con la repetición del saque de medio. De nuevo un ritmo tranquilo que no iba a dejar ocasiones en ninguna de las dos áreas. Y así, la única forma de lograr el tanto fue de nuevo en otra jugada aislada, pero esta vez con dirección hacia la otra portería y con una definición casi parecida al primer tanto visto en el Iberostar Estadio. Marco Sangalli caracoleaba con el esférico hasta plantarse en el pico del área solo ante Wellenreuther que, con poco más que poder hacer, salía a tapar hueco sin esperar que el extremo zurdo le tirase una magistral vaselina que tocaba el palo y entraba al fondo de la red. Tablas al descanso.

El encuentro se reanudaba con una cara más ofensiva del C.D. Mirandés, que lo intentaba al menos desde lejos con disparos desde la frontal de Provencio y Eguaras. Sin premio. Los minutos caían con todo por decidir para los intereses de locales y visitantes, que movían el banquillo buscando la tecla que declinase la balanza a su favor. Abdón y Aridane ponían más mordiente al ataque rojillo y Pereira y Brandon daban refresco a los fatigados locales. Los últimos quince minutos el dominio del esférico fue prácticamente monopolizado por los de Carlos Terrazas que metían más y más a su rival en su propio campo. Aun así, no había peligro real en lo que a oportunidades se refiere sobre el marco de Wellenreuther, por lo que los mallorquines continuaban cómodos con alguna contra que pillaban para crear miedo en la línea de atrás rojilla. Llegaba el descuento al electrónico del Iberostar Estadio y el 1-1 acabaría dictando sentencia en una mejor segunda parte de los visitantes que no tuvo premio.