La primera del 2020 fue triunfal (1-2)

Poco ritmo de partido en el inicio en Santo Domingo. Dos equipos bien plantados y jugando sin arriesgar, abusando quizás más de las combinaciones largas en busca de la espalda de las defensas. Sin premio ninguno. Hubo que esperar al minuto 12 para vivir la primera ocasión. Local. Boateng en semichilena manda muy desviado un centro exquisito de Mula con el exterior. La siguiente también fue alfarera, pero esta vez el mérito fue más bien del guardameta rojillo, Limones, que sacó una mano prodigiosa para evitar el tanto. Avisos que espolearon al C.D. Mirandés.

Estiraba el campo Merquelanz. Buena acción individual del 10 en el carril zurdo para colgar un balón que era puro veneno. Forzaba el córner. Recogía el testigo Guridi, que se quedaba a las puertas de culminar un ataque rápido por la derecha cuando Marcos André ganó la espalda caído a banda derecha y conectó un centro raso con el de Azpeitia. En el giro para acomodársela a su izquierda ya en área pequeña se la arrebataron. No hubo tiempo para más. Descanso.

Apenas habían salido de vestuarios los jugadores llegó el primer mazazo para los rojillos. Gol de Dani Romera que empalaba un centro desde la derecha de Boateng y fusilaba sin piedad. Tocaba levantar la contienda otra vez. Manos a la obra. La tuvo en el mano a mano Marcos André apenas cinco minutos después, pero se la arrebató Dani Giménez en última instancia. Laternativa para la A.D. Alcorcón que buscó el segundo con un zapatazo de Arribas al que Limones respondió en dos tiempos y se llevó el planchazo de Boateng que lo dejó grogui durante algunos minutos.

Cambios en las filas de Antoni Iraola. Entraba Álvaro Rey e Íñigo Vicente para dar oxígeno al equipo y conseguían algo más de posesión los visitantes. Y a partir de aquí sí. Balón es sinónimo de peligro. Y lo fue. Guridi encañonaba tras una buena jugada centrada pero Dani Giménez repelía una vez más. En el minuto 81 Pomares dejaba a los suyos con diez tras un codazo a Álvaro Rey que le suponía la segunda amarilla. Y si antes de la superioridad numérica los rojillos ya mostraban su candidatura al empate, ahora la cumplían. Penalti por mano claro y Merquelanz para dentro. A uno. Rápido a por el balón y a por más. No se conformaban los de Iraola pese a reflejar el electrónico el minuto 87. 

Y es que había tiempo para más. Vaya que si lo había. Asediaban ahora sí en busca del más tres. Y el mismo héroe: Don Martín Merquelanz. Otra gran jugada colectiva, balón atrás y la zurda del Mirandés la colocaba donde quería. ¡Era el final! Victoria importantísima para acercarse más que nunca al objetivo de los 50 puntos.