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PRIMER EQUIPO

Los errores penalizan contra el líder (1-4)

Derrota de los rojillos en Anduva en un mal partido de los de Lolo Escobar, que maquillaron el resultado con el gol de Íñigo Vicente.

No era día para errores. Y el C.D.Mirandés los cometió en exceso ante un equipazo candidato a todo: la U.D.Almería de Sadiq, y también la de Dyego Sousa. Su recambio hoy en el once y el encargado de castigar la portería de Raúl Lizoain con tres goles.

El delantero brasileño fue un dolor de cabeza para la zaga rojilla. En 20 minutos de partido el atacante ya había perforado en dos ocasiones el arco rojillo. Dos acciones en las que el delantero de la U.D.Almería se filtraba por la defensa jabata para fusilar a Raúl lizoain con sendos disparos inapelables.

Sin apenas entrar al partido el C.D.Mirandés ya se encontraba un marcador muy adverso ante un rival de mucha entidad al que iba a ser difícil hacer daño. Y de hecho el daño siguió atacando al cuadro rojillo, que no encontraba la manera de frenar las embestidas y de imponer la calma.

En el minuto 26 Arnau hacía más grande la herida con el tercer gol, en otro desajuste de los rojillos, que seguían bloqueados ante el empuje del líder de LaLiga Smartbank.

El descanso permitiría pensar, recomponer las piezas y volver con aires nuevos a una segunda mitad que pedía a gritos reacción. Y en cierta manera, la hubo. Porque los rojillos salieron algo mejor de vestuarios y con la frescura de Iñigo Vicente y Gelabert entrando desde el banquillo para tratar de acechar la portería de Fernando.

El juego empezaba a equilibrarse y las sensaciones parecían otras, pero un nuevo error propiciaría el cuarto gol visitante. Un error en el pase de Gelabert se convertía en contraataque letal que Dyego, hoy con la varita, transformaba para firmar su hat-trick particular.

No bajaron los brazos los rojillos y siguieron buscando la manera de hacer daño a la U.D.Almería. Así en una jugada de Íñigo Vicente el 10 caía dentro del área y el colegiado señalaba penalti tras revisión del V.A.R. El propio Íñigo transformaba la pena máxima y decoraba un partido para olvidar.

Desde ya a pensar en el Real Zaragoza.