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PRIMER EQUIPO

Victoria y adiós a la maldición de la isla (1-2)

Los rojillos plantaron cara a domicilio, fueron un equipo valiente y recibieron el justo premio de la victoria cuando asediaron con superioridad numérica.

Triunfo en Tenerife. Nunca antes lo había podido decir el C.D. Mirandés. Hoy sí. José Alberto, el técnico, avisaba en la previa de lo mucho que le gustan estas maldiciones. Para romperlas. La rompió. La rompieron sus futbolistas. La rompió un C.D. Mirandés valiente, mejor por muchos momentos a su rival y -ya en superioridad numérica- agresivo para lanzarse a por la victoria. Una victoria que certifica lo mostrado en los dos partidos anteriores en los que quizás mereció más. Hoy se hizo justicia.

Primeros compases sin dominio claro, más bien alterno. La presión alta del C.D. Mirandés no era tan efectiva como acostumbra. Líneas demasiado separadas y el C.D. Tenerife conseguía salir, eso sí, tampoco con demasiada verticalidad cuando llegaba a línea de tres cuartos. La defensa de cuatro rojilla, ayudada por los mediocentros, ahogaban cualquier intento sobre la portería de Limones, que eso sí sacaba una buena mano abajo a disparo lejano en el minuto 15. Dos minutos después del susto, réplica. Sin susto. Sin aviso. Gol. Centro muy cerrado desde el córner de Letic que se envenena para que entre Ortolá y Sipcic acabasen haciéndose el gol en propia puerta. Con el marcador a favor, el C.D. Mirandés gozó de sus mejores minutos de la primera mitad. Juego por bajo y ahora un bloque más definido y junto tanto a la hora de atacar como de defender.  Pero Álex Bermejo, de cabeza tras un centro lateral desde la derecha de Moore, aguó la fiesta. Tablas en el marcador en el minuto 31 de juego. Así se llegó al descanso. 

Los rojillos salieron del vestuario dispuestos a llevarse la victoria. Sin especulaciones. Sin titubear. Decididos y lanzados en bloque arriba. Presión más asfixiante que la de la primera mitad. Líneas más adelantadas, con una defensa que arriesgaba a la espalda y lo hacía consciente de su superioridad para correr hacia atrás. Enormes de nuevo, un partido más, los dos centrales -Vivian y Juan Berrocal- flanqueados por Letic y Víctor Gómez hoy. Y con este guion, no tardó en llegar la ocasión del partido para Schutte. Minuto 49. Balón en profundidad medido a la carrera del 17 que no consigue orientarse el control para aprovechar su ventaja en velocidad y acaba repeliendo su par. Habría más.

En el minuto 59 el C.D. Tenerife se quedaba con diez. Expulsión del autor del gol, Álex Bermejo. Y ahora aún más evidente: monopolio rojillo. Se jugaba absolutamente en campo tinerfeño. Era cuestión de tiempo. Hacía falta paciencia porque las sensaciones eran buenas. Juego a dos toques. De lado a lado. Profundidad por bandas, incluso con los laterales, que se incorporaban para hacer efectiva la superioridad numérica. El tiempo les dio la razón a los de José Alberto. Minuto 75, Schutte presiona la salida de balón de Sipcic, que erra y no le alcanza para pillar al rápida punta rojillo, que cede a su costado para un Iván Martín frente a frente con Ortolá. Demasiado tiempo para pensar. Quizás. Disparo mordido que toca en el poste, le rebota al 7 del C.D. Miraneés y ahora es él quien cede a Jirka que fusila la red de primeras. 1-2.

A partir de aquí el choque estuvo completamente controlado por el conjunto visitante, salvo un pequeño susto en forma de centro raso de Shashoua en el descuento que no encontró rematador en área pequeña. Por el camino, antes de esto, Javi Alonso fue expulsado por una plancha a la altura de la tibia a Víctor Gómez.