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ACTUALIDAD

CD Mirandés 0 - 0 CD Numancia

Reparto de puntos en Anduva.

El Club Deportivo Mirandés cosechó un trabajadísimo empate ante el CD Numancia en un duelo intenso de principio a fin, y en el que la igualdad de fuerzas y las posibilidades para ambos equipos marcaron la tónica general de todo el encuentro. Una parte para cada equipo, y los de Arconada que volvieron a demostrar su nivel en el segundo acto con un control del juego y de las mejores ocasiones que obligó a los sorianos a emplearse a fondo para evitar la pérdida del valioso punto. Pablo y Muñiz gozaron de sendas oportunidades en las que sólo la mala fortuna separó a los rojillos del tanto de la victoria.

El inicio de partido se mostró equilibrado, con dos equipos construidos para la disputa, pero también con capacidad de creación y explosión ofensiva en sus líneas de ataque. Desde el arranque, el Numancia se mostró más incisivo, con marcado carácter vertical, ofreciendo rápidos movimientos al servicio de un esquema que buscaba optimizar el importante trabajo de intensidad en presión y robo del colectivo. Minutos de juego posicional, de reparto de la pelota en tentativas de juego directo, y con protagonismo para los movimientos dentro-fuera de ambas medulares. El equipo de Anquela mostraba su prisma más funcional, con un buen sistema de ayudas atrás, apoyos en los balones largos para buscar la ruptura, y mucho orden táctico del que tan sólo Julio Álvarez parecía escapar como hombre libre en la construcción de la jugada. Precisamente, era el hispano-venezolano el que trataba de inaugurar el marcador cuando, pasado el primer cuarto de hora, conectaba un remate de chilena que, pese a la parada de Jiménez y a la acción invalidada, dejaba a las claras el peligro del 10 numantino esta tarde.

El Numancia concentraba esfuerzos en cortocircuitar la conexión de mediocampo del Mirandés, buscando la velocidad de sus hombres adelantados para sorprender a la contra. Por su parte, el equipo rojillo, con Iván Agustín y Nagore en labores de contención, y Galarreta como nexo con el ataque, entró al combate con armas directas, tratando de aprovechar la función de Goiría como referencia en punta, y su juego de espaldas para abastecer las entradas de Pablo y Mújika por los costados, y su fuerza en el uno contra uno. Pasado el ecuador del primer acto, la intensidad rival y su imposición en el estilo de juego, dejaron sitio al crecimiento de un Mirandés más asentado, más atrevido, y con iniciativa en la elaboración de salidas rápidas exteriores, bien apoyadas por los laterales, y con presencia en zona de llegada. En estos momentos, llegaría la opción más clara para los locales, en una gran acción de recuperación y pelea de Aritz Mújika por banda derecha, tras la cual colocaría un centro envenenado al corazón del área donde Galarreta, en plancha, conectaría un remate que sólo la gran acción de Rául impidió transformarse en gol.

Momentos de crecimiento que, sin embargo, se verían empañados con la noticia más triste de la tarde. En dura pugna por el balón, Íñigo Ruiz de Galarreta realizaba un apoyo defectuoso, obligando a un giro de rodilla que acababa en dolencia y malas sensaciones para el mediapunta. Incapaz de continuar sobre el verde, el de Éibar era retirado por precaución, entrando en su lugar Juan Muñiz. Mal designio en la mejor etapa del partido, y un contratiempo especial por lo significativo de la ausencia. Con un gol anulado al Numancia por fuera de juego tras un gran disparo de Álvarez que, de nuevo, se encontraba con Jiménez bajo palos, acababa una primera mitad con poca continuidad en el juego, y la disputa constante por una escurridiza posesión como nota dominante.

El pitido del colegiado dio la señal de comienzo de una segunda parte que iba a corresponder en su mayoría al CD Mirandés. El cuadro de Gonzalo Arconada comenzó a desplegar sus capacidades como aún no había podido verse, y cambió el tercio para ofrecer a la animosa grada otro partido. El equipo adelantó líneas de presión y de incorporación, con mayor acumulación de efectivos tanto en conducción, como en presencia de apoyos para la optimización de los metros finales, donde también adquirió mayor protagonismo. Avisaba Mújika con una media volea en el arranque, que a poco estuvo de costarle un disgusto a la parroquia soriana desplazada hasta Anduva.

El equipo crecía, y el cambio de Goiría por De Cerio abría otras opciones al ataque, con apertura de espacios, presencia a la espalda de centrales y combinación interior para desbloquear la férrea línea defensiva de cuatro efectivos asentada en campo rival. Pablo, contagiado por la dinámica, comenzó a aparecer más en punta de lanza, más duelos individuales, más búsqueda de desmarque de ruptura, y más diagonales entre líneas de peligro, que condicionaron la opción de subidas de los zagueros. Al cuarto de hora, una veloz combinación entre De Cerio y Pablo, desarbolaba la salida de presión de las marcas, y dejaba al burgalés sólo frente a Raúl, para que su disparo ajustado a la derecha, lo sacara con los tacos el portero en brillante intervención. El córner contiguo acababa en remate de Ríos que se escapaba alto a escasos centímetros del larguero. Nueva dinámica, más presencia y más peligro para un Mirandés que, aliado con su afición, no quería perder la oportunidad de victoria.

Con el Numancia reestructurando su sistema en un nuevo escenario de juego, la movilidad de los puntas rojillos y la velocidad de Juan Muñiz en la toma de decisiones cerca de la línea de tres cuartos, auguraba una caída de balanza del lado de quien más fútbol se esforzaba en proponer. Transiciones más rápidas y una presencia permanente de los hombres libres por ambas bandas, desatascaban la concentración de efectivos que el rival controlaba en el carril central.

El CD Mirandés imponía su juego y condiciones en este segundo acto, pero las tornas pudieron cambiar a buen seguro cuando, en una jugada fortuita originada en un lejanísimo disparo de Pedro Martín, Juanma se halló sólo frente a Jiménez,  y driblando con precisión quirúrgica al meta en su salida, con todo a favor y a puerta vacía, erró el disparo enviando su lanzamiento al palo derecho cuando el gol era ya una realidad. El susto espoleó al Mirandés, que recuperó el nivel de llegadas mostrado, con buen número de oportunidades de abrir la lata para ello. Primero Nagore, de disparo potentísimo que rozó la escuadra derecha, y después Mújika, en llegada de segunda línea, pusieron el corazón en un puño a los seguidores rojillos presentes en el campo. El gol se resistía pese al dominio y ocasiones generadas. El colmo de la mala fortuna llegaría a continuación, en un golpe franco en las estribaciones del área soriana, suerte cuya ejecución asumió Juan Muñiz. El asturiano colocó con mimo el esférico y pese a la distancia, probó  con un potente disparo, equilibrado en potencia y colocación, y totalmente fuera del alcance de un Raúl ya batido, que, sin embargo, acabó impactando en la cruceta derecha de la portería. Gran ejecución, tentativa de oro que, una vez más, no obtuvo premio.

Con el horizonte ya divisándose, Pablo dejaba su sitio a Igor Martínez y el equipo apostaba por un refresco en ataque sin perder verticalidad por ambos costados. El control perseguía su cristalización, y rozando ya el final del encuentro, De Cerio lograba zafarse de tres defensores para desafiar por última vez a Raúl en el mano a mano, con idéntico desenlace final para desgracia del donostiarra. El meta se erigía en figura de su equipo y salvaguardaba un punto con sabor a poco para ambos conjuntos.

Con este resultado, el Mirandés suma un punto importante y que, más allá de la clasificación, deja muy buenas sensaciones de cara al partido de la próxima semana en el Nuevo estadio de la Victoria frente al Real Jaén.