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ACTUALIDAD

FC Barcelona B 1 - 1 CD Mirandés

Valioso punto en un estadio muy complicado.

Empate a uno en el duelo de esta tarde entre FC Barcelona B y CD Mirandés disputado en el Mini Estadi. Los de Terrazas se sobrepusieron al tanto inicial de Edu Bedia con un gran gol de Igor Martínez, ambos en la primera mitad. Partido marcado por la intensa lluvia y por las constantes intentonas de los dos conjuntos, y que reafirma la tendencia positiva del equipo rojillo en estos momentos. 

Primeros minutos de contrapunto de estilos sobre el tapete. Con los locales en su habitual esquema de juego combinativo y de posesión, el CD Mirandés arrancó firme en su posicionamiento, jugando en pocos metros, y con la búsqueda del balón a la espalda de laterales como arma principal a la hora de sorprender. Terrazas alineó en el Mini Estadi un once de similares características al visto ante el CD Lugo, con la constante del mediocampo formado por Nagore, Muneta e Iriome como interior. 

Primeros minutos de manejo de balón local, y disciplina y verticalidad visitante, en los que los pupilos de Eusebio supieron amoldarse, obligados a modificar su habitual esquema de líneas abiertas ante la fuerte presión a la salida del equipo rojillo. Con el encuentro recién arrancado, una buena triangulación entre Denis y Nieto acababa en un mano a mano que Dani Jiménez salvaba por bajo con agilidad felina. Con la pelea por el control del partido en su máxima intensidad, iba a ser el equipo de Terrazas quien gozara a continuación de una clara ocasión para inaugurar el marcador. Gran labor de presión sobre la salida desde portería rival, recuperación de Iriome, y buen pase interior para que Asier Goiria encarase portería con un disparo duro, aunque desviado a la derecha de Ortolá. Oportunidad clara y primer aviso de los visitantes sobre marco blaugrana.

El Barça B, al abrigo de la posesión en campo propio y divisoria, mantenía una posesión constante, aunque amenazada por la buena labor de seguimiento realizada por la medular rojilla y las ayudas de los hombres de banda, que cercenaban con acierto las líneas de pase perseguidas por los de la Masía. Sin embargo, el cuadro filial se mostró especialmente incisivo en su juego exterior, y a través de Adama y Nieto, inició labores de ruptura en velocidad, hasta que logró la primera ventaja del partido. En la enésima escapada de Traoré, un centro desde la derecha iba a ser rematado defectuosamente por Bedia a la media volea, aunque el rechace, provocado por el propio jugador cántabro, caía a pies de Nieto que, con Jiménez abortando con gran salida su intentona, causaba otro rebote que, ahora sí, iba a engatillar el 23 azulgrana para marcar el tanto desde la frontal del área. Tanto oportuno que venía a reforzar la propuesta de los locales en su segunda aproximación con peligro claro. 

El gol no redujo la concentración ni la intensidad de los rojillos que, a partir del tanto encajado, buscaron con ahínco la superación del ordenado entramado contrario. Con Pablo adelantando su posición varios metros, e Iriome ejerciendo de enlace con la punta de ataque, el equipo ganaba enteros y sumaba efectivos a sus posiciones de llegada a portería rival. La dinámica surtió efecto de inmediato, y dos minutos después de encajar el gol, una buena jugada de Pablo por la izquierda, acababa en centro medido a la llegada en segunda línea de Igor Martínez, que el delantero cabeceaba con calidad por encima del meta ocal. Gol de pundonor y de constancia, que devolvía las tablas al marcador del Mini Estadi. 

El final del primer acto encontraría la efectividad del Mirandés en labores de recuperación como elemento distintivo y continuo ante los intentos del conjunto local. Buen sistema de apoyos en la presión y amenaza sobre la adelantada defensa blaugrana que, al filo de la conclusión, veía como Iriome, aprovechando un centro largo, cabeceaba con intención un balón peligroso que Ortolá desviaba en gran estirada a saque de esquina. Final de un tiempo repartido en cuanto a control, con dos estilos enfrentados, pero con igualdad en el acierto goleador y llegadas de peligro a meta contraria. 

La segunda parte mantuvo en su inicio la dinámica de un Mirandés encomiable en el desgaste en la presión, ejerciendo un trabajo defensivo eficaz sobre la salida limpia del rival. El filial azulgrana comprobó en los primeros instantes del choque cómo su rival iba a incapacitar su construcción ordenada, y optó por el juego directo sobre Adama como recurso principal. El potente extremo exhibió maneras y capacidad, aunque siempre permaneció bien vigilado de cerca por un efectivo Koikili, que ejerció de sombra en todas las acciones de las que fue protagonista. Un centro del 27 local volvió a obligar a Jiménez a una rápida intervención para evitar males mayores. 

Carlos Terrazas daba entrada a Iván Agustín en lugar de Asier Goiria, y fortalecía así una medular que comenzaba poco a poco a necesitar de más efectivos para el corte de circulación rival. Iriome adelantaba su posición y ejercía de ariete, en busca de balones a la espalda de centrales aprovechando su velocidad en carrera. Por parte local, el juego comenzaba a concentrarse sobre campo rojillo, con subida de línea defensiva sobre la divisoria, ambos laterales en posición alta, y Babunski y Bedia ejerciendo de enganches puros por detrás de línea de ataque. Apuesta clara de Eusebio por acotar la distancia ocupada por los rojillos, e incremento en la exigencia para el sistema defensivo visitante. 

El desgaste producido por la labor de desgaste colectiva realizada obligaba al mister rojillo a introducir cambios de refresco que, a la vez, posibilitaran opciones reales de peligro en el ataque. Iriome se retiraba, y era sustituido por De Cerio en punta de lanza. Cambio de piezas, y misma misión: aprovechar la velocidad exterior de Martínez e Infante, y ejercer de referencia en el juego de espaldas. Con la segunda mitad ya consumida en su cincuenta por ciento, el Mirandés centraba esfuerzos en mantener la unión posicional en el centro del campo, y controlar las escapadas de un activísimo Adama Traoré, sin duda, el hombre más peligroso del cuadro filial. 

Con la pelea de argumentos futbolísticos diferenciados como duelo constante, el partido apuraba sus últimos minutos de desarrollo sin volcar sobre ninguno de los dos lados. Más posesión para los azulgranas, y gran uso de la contra por lado mirandés, con el consabido trabajo de robo y salida veloz en pocos toques. Con la entrada de Aritz Mújika en sustitución de Igor Martínez, Terrazas gastaba su última bala ofensiva para tratar de hacerse con la ventaja en el electrónico. Pese a los esfuerzos de ambos equipos por romper la igualada, el empate a uno cerraba un partido que, pese a la intensidad demostrada, no vería modificado su tanteador final. Un punto valioso que confirma el gran momento del equipo dirigido por Carlos Terrazas, y que ya espera, en siete días, la visita del Real Zaragoza al Municipal de Anduva.